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Пікірлер
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 Сағат бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@mariafranco9297
@mariafranco9297 6 сағат бұрын
Dónde veo más información? Gracias
@pazenelmundo5432
@pazenelmundo5432 15 сағат бұрын
🤍 🕊️Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos🤍🕊️ Espíritu Santo, elijo el milagro, ¿Estás Listo para ayudarme a Salvar el mundo?☮️🕊️🫂
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 Күн бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@claudiaveronicaluna568
@claudiaveronicaluna568 Күн бұрын
Ame este comienzo de capitulo ❤❤❤❤gracias querido jose luis . Es mi primer lectura del libro . Realmente lo q decis es tal cual ... disciplina
@nathalieduran8784
@nathalieduran8784 Күн бұрын
🕊 Capítulo 28 IV. La unión mayor 1. Aceptar la Expiación para ti mismo significa no prestar apoyo a los sueños de enfermedad y muerte de nadie. Significa que no compartes con ningún individuo su deseo de estar separado, ni dejas que vuelque sus ilusiones contra sí mismo. Tampoco deseas que éstas se vuelquen contra ti. De este modo, no tienen efecto alguno. Y te liberas de los sueños de dolor porque permites que él se libere de ellos. A menos que lo ayudes, sufrirás con él, ya que ése es tu deseo. Y te convertirás en un protagonista en su sueño de dolor, tal como él lo es en el tuyo. De esta manera, los dos os convertís en ilusiones sin ninguna identidad. Puedes ser cualquier persona o cualquier cosa, según de quién sea el sueño de maldad que compartas. Pero de una cosa puedes estar seguro: que eres perverso, pues compartes sueños de miedo. 2. Hay un modo de encontrar certeza aquí y ahora. Niégate a ser parte de ningún sueño de miedo, sea cual sea su forma, pues si lo haces perderás tu identidad en ellos. La manera de encontrarte a ti mismo es negándote a aceptar tales sueños como tu causa o como que tienen efectos en ti. No tienes nada que ver con ellos, pero sí con aquel que los sueña. De esta manera, separas al soñador del sueño, al unirte a uno y abandonar lo otro. El sueño no es más que una ilusión de la mente. Y a ésta te puedes unir, pero nunca al sueño. Es del sueño de lo que tienes miedo, no de la mente. Sin embargo, los ves como si fueran lo mismo porque crees que tú no eres más que un sueño. No sabes lo que es real acerca de ti o lo que es ilusorio, y no puedes distinguir entre lo uno y lo otro. 3. Al igual que tú, tu hermano cree que él es un sueño. No compartas con él su ilusión acerca de sí mismo, pues tu Identidad depende de su realidad. Piensa en él más bien como una mente en la que todavía persisten ilusiones, pero con la que tienes una relación fraternal. Lo que él sueña no es lo que lo convierte en tu hermano, ni tampoco su cuerpo, el “héroe” del sueño, es tu hermano. Su realidad es lo que es tu hermano, de la misma manera en que tu realidad es lo que es hermano suyo. Tu mente y la suya están unidas en Su cuerpo y sus sueños tan sólo aparentan abrir una diminuta brecha en la que tus sueños se han unido a los suyos. 4. Entre vuestras mentes, sin embargo, no hay ninguna brecha. Unirte a sus sueños significa que no te unes a él, pues sus sueños lo separan de ti. Libéralo, por lo tanto, proclamando sencillamente tu hermandad con él y no con sueños de miedo. Ayúdale a que reconozca Quién es, negándote a apoyar sus ilusiones con tu fe, pues si lo haces, no podrás sino tener fe en las tuyas. Y al tener fe en las tuyas, él no podrá liberarse y tú quedarás atrapado en sus sueños. Y sueños de terror vendrán a rondar la diminuta brecha, la cual está poblada únicamente por las ilusiones que habéis apoyado en la mente del otro. 5. Ten absoluta certeza de que si haces lo que te corresponde hacer, él hará lo que le corresponda hacer, pues se unirá a ti allí donde estés. No lo invites a unirse a ti en la brecha que hay entre vosotros, pues si lo haces, creerás que ésa es tu realidad así como la suya. No puedes llevar a cabo su papel por él, mas esto es precisamente lo que haces cuando te vuelves una figura pasiva en sus sueños, en vez del soñador de los tuyos. Tener una identidad carece de significado en los sueños porque el soñador y el sueño son uno. El que comparte un sueño no puede sino ser el sueño que comparte porque el acto de compartir es lo que produce la 6. Como consecuencia de compartir confusión estás confundido, pues en la brecha no existe un yo estable. Lo que es lo mismo parece diferente porque lo que es lo mismo aparenta ser algo distinto. Los sueños de tu hermano son los tuyos porque tú permites que lo sean. Mas si lo librases de tus sueños, él se liberaría de ellos, así como de los suyos. Tus sueños dan testimonio de los suyos y, los suyos, de la verdad de los tuyos. No obstante, si vieras que no hay verdad en los tuyos, sus sueños desaparecerían y él comprendería qué fue lo que dio origen al sueño. 7. El Espíritu Santo mora en vuestras dos mentes, y Él es Uno porque no hay brecha que pueda dividir Su La brecha que separa vuestros cuerpos es irrelevante, pues lo que está unido en Él es siempre uno. Nadie puede estar enfermo si alguien acepta su unión con él. Su deseo de ser una mente enferma y separada no puede seguir vigente sin un testigo o una causa. Y tanto el testigo como la causa desaparecen si alguien decide unirse a él. En su sueño él estaba separado de su hermano, quien, al no compartir su sueño con él, ha eliminado el espacio que había entre ellos. Y el Padre viene a unirse con Su Hijo, a quien el Espíritu Santo se unió. 8. La función del Espíritu Santo es tomar la imagen fragmentada del Hijo de Dios y poner cada fragmento nuevamente en su lugar. Él muestra esta santa imagen, completamente sanada, a cada fragmento separado que piensa que en sí es una imagen completa. A cada uno de ellos le ofrece su Identidad, que la imagen en su totalidad representa, en vez de la fragmentada y diminuta porción que él reiteraba que era él. Mas cuando vea esta imagen, se reconocerá a sí mismo. Si no compartes con tu hermano su sueño de maldad, ésa es la imagen con la que el milagro llenará la diminuta brecha, la cual quedará así libre de todas las semillas de enfermedad y de pecado. Y ahí el Padre recibirá a Su Hijo porque Su Hijo ha sido misericordioso consigo mismo. 9. Te doy las gracias, Padre, sabiendo que sellarás cada diminuta brecha que se encuentra entre los fragmentos separados de Tu santo Hijo. Tu Santidad, absoluta y perfecta, mora en cada uno de ellos. Y están unidos porque lo que mora en uno solo de ellos, mora en todos ellos. ¡Cuán sagrado es el más diminuto grano de arena cuando se reconoce que forma parte de la imagen total del Hijo de Dios! Las formas que los diferentes fragmentos parecen adoptar no significan nada, pues el Todo reside en cada uno de ellos. Y cada aspecto del Hijo de Dios es exactamente igual a todos los demás. 10. No te unas a los sueños de tu hermano, sino a él, y ahí donde te unes a Su Hijo, ahí está el Padre. ¿Quién iría en busca de substitutos si se diese cuenta de que no ha perdido nada? ¿Quién querría disfrutar de los “beneficios” de la enfermedad cuando ha recibido la simple bendición de la salud? Lo que Dios ha dado no puede suponer pérdida alguna y lo que no procede de Él no tiene efectos. ¿Qué podrías percibir, entonces, en la brecha? Las semillas de la enfermedad proceden de la creencia de que es posible encontrar felicidad en la separación y de que renunciar a ella sería un sacrificio. Mas los milagros son el resultado de no seguir intentando ver en la brecha lo que no se encuentra en ella. Lo único que requiere el Sanador del Hijo de Dios es que estés dispuesto a abandonar todas las ilusiones. Él sembrará los milagros de curación allí donde antes se encontraban las semillas de la enfermedad. Y no habrá pérdidas de ninguna clase, sino sólo ganancias.
@feliciaaquino3710
@feliciaaquino3710 Күн бұрын
Gracias santo maestro de Dios.!!❤
@javierlusso5003
@javierlusso5003 Күн бұрын
Gracias 🙏
@gabriellinera9454
@gabriellinera9454 Күн бұрын
Leccion hermosa maestro Ai será todo el día en mente padre mio❤
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 2 күн бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@carlosdeleonucdm
@carlosdeleonucdm 2 күн бұрын
Gracias por tanto maestro.❤❤❤ Que duerma en la confianza y la paz de Dios.
@nathalieduran8784
@nathalieduran8784 2 күн бұрын
🕊 Capítulo 28 III. El acuerdo a unirse 1. Lo que espera en perfecta certeza más allá de la salvación no nos concierne ahora, pues apenas has empezado a dejar que se te guíe en tus primeros e inciertos pasos de ascenso por la escalera que la separación te hizo descender. El milagro es lo único que debe concernirte ahora. Éste es nuestro punto de partida. Y habiendo comenzado, el camino de ascenso hacia el despertar y el final del sueño quedará libre y despejado. Cuando aceptas un milagro, no añades tu sueño de miedo a uno que ya está siendo soñado. Sin apoyo, el sueño se desvanecerá junto con todos sus aparentes efectos, pues es tu apoyo lo que lo refuerza. 2. Ninguna mente puede estar enferma a menos que otra mente esté de acuerdo en que están separadas. Por lo tanto, su decisión conjunta es estar enfermas. Si te niegas a dar tu conformidad y admites el papel que desempeñas en hacer que la enfermedad sea real, la otra mente no podrá proyectar su culpabilidad, ya que no has colaborado en dejar que se perciba a sí misma como separada y aparte de ti. De este modo, ninguna de las dos percibe el cuerpo como enfermo desde diferentes puntos de vista. Unirte a la mente de un hermano bloquea la causa de la enfermedad y sus percibidos efectos. La curación es el efecto de mentes que se unen, tal como la enfermedad es la consecuencia de mentes que se separan. 3. El milagro no hace nada precisamente porque las mentes están unidas y no se pueden separar. En el sueño, no obstante, esto se ha invertido, y las mentes separadas se ven como cuerpos, los cuales están separados y no pueden unirse. No permitas que tu hermano esté enfermo, pues si lo está quiere decir que lo dejaste a merced de su sueño al compartirlo con él. Él no ha visto dónde reside la causa de su enfermedad y tú has obviado la brecha que os separa, que es donde la enfermedad se ha incubado. De esta forma, os unís en la enfermedad para dejar sin sanar la diminuta brecha donde se protege celosamente a la enfermedad, donde se estima y donde se sustenta por una firme creencia, no sea que Dios venga y la salve con un puente que conduzca hasta Él. No te opongas a Su llegada combatiéndolo con ilusiones, pues Su llegada es lo que deseas por encima de todas las cosas que parecen titilar en el sueño. 4. El final del sueño es el fin del miedo, pues el amor nunca formó parte del mundo de los sueños. La brecha es Sin embargo, contiene las semillas de la pestilencia y toda suerte de males, puesto que es el deseo de perpetuar la separación e impedir la unión. Y así, parece conferirle a la enfermedad una causa que no es su causa. El propósito de la brecha es la única causa de la enfermedad. Pues se concibió a fin de mantenerte separado y dentro de un cuerpo que tú ves como si fuera la causa del dolor. 5. La causa del dolor es la separación, no el cuerpo, el cual es sólo su efecto. Sin embargo, la separación no es más que un espacio vacío, que no contiene nada ni hace nada, y que es tan insubstancial como la estela que los barcos dejan entre las olas al pasar. Dicho espacio vacío se llena con la misma rapidez con la que el agua se abalanza a cerrar la estela según las olas se funden. ¿Dónde está la estela que había entre las olas una vez que éstas se han fundido y han llenado el espacio que por un momento parecía separarlas? ¿Dónde está la base de la enfermedad una vez que las mentes se han unido para cerrar la diminuta brecha que había entre ellas y en la que las semillas de la enfermedad parecían germinar? 6. Dios tiende el puente, pero sólo en el espacio que el milagro ha dejado libre y despejado. Mas no puede tender un puente sobre las semillas de la enfermedad y la vergüenza de la culpa, pues no puede destruir una voluntad ajena que Él no creó. Deja que los efectos de ésta desaparezcan y no te aferres a ellos desesperadamente, tratando de conservarlos. El milagro los hará a un lado, haciendo así sitio para Aquel Cuya Voluntad es venir y tender un puente para que Su Hijo regrese a Él. 7. Considera, entonces, los plateados milagros y los dorados sueños de felicidad como los únicos tesoros que quieres conservar dentro del almacén del mundo. La puerta está abierta, no para que entren ladrones, sino tus hermanos hambrientos, quienes confundieron el brillo de una piedrecilla con oro y almacenaron un puñado de nieve reluciente creyendo que era plata. Sin embargo, a este lado de la puerta abierta no tienen nada. ¿Qué es el mundo sino una diminuta brecha que parece desgarrar la eternidad y fragmentarla en días, meses y años? ¿Y qué sois vosotros que vivís en el mundo sino una imagen fragmentada del Hijo de Dios, donde cada uno de los fragmentos está oculto dentro de un trocito de barro separado e incierto? 8. No tengas miedo, hijo mío, sino deja más bien que los milagros iluminen dulcemente tu mundo. Y allí donde la diminuta brecha parecía interponerse entre tu hermano y tú, únete a él. Y de este modo, será evidente que la enfermedad no tiene causa. El sueño de curación reside en el perdón, que dulcemente te muestra que nunca El milagro no dejará ningún vestigio de culpa que pueda traer testigos de lo que nunca fue. Y preparará en tu almacén un lugar de bienvenida para tu Padre y tu Ser. La puerta está abierta para que todos aquellos que no quieran seguir hambrientos y deseen gozar del festín de abundancia que allí se les ha preparado puedan entrar. Y se reunirán con tus Invitados, a quienes el milagro invitó a venir a ti. 9. Este festín es muy distinto de los que se acostumbran a dar en el sueño del mundo. Pues aquí, cuanto más reciba cada uno, más habrá para ser compartido por todos los demás. Los Invitados han traído Consigo provisiones ilimitadas. Y a nadie se le priva de nada ni nadie puede privar a otro de nada tampoco. He aquí el festín que el Padre tiende ante Su Hijo y que comparte con él equitativamente. Y en ese compartir no puede haber una brecha en la que la abundancia merme y disminuya. Aquí los años de escasez no se presentarán, ya que el tiempo no forma parte de este festín, pues es eterno. El Amor ha desplegado su mesa en el espacio que parecía mantener a tus Invitados alejados de ti.
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 3 күн бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 3 күн бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@nathalieduran8784
@nathalieduran8784 3 күн бұрын
🕊 Capítulo 28 II. La inversión de efecto y causa 1. Sin causa no puede haber efectos, más sin efectos no puede haber causa. Lo que hace que una causa sea causa son sus efectos; el Padre es Padre por razón de Su Hijo. Los efectos no crean su causa, pero sí establecen su condición de causa. De este modo, el Hijo otorga Paternidad a su Creador y recibe el regalo que le ha dado. Y puesto que es el Hijo de Dios, tiene que ser a su vez un padre, que crea tal como su Padre lo creó a él. El círculo de creación no tiene fin. Su punto de partida y su punto final son el mismo, pero dentro de sí encierra a todo el universo de la Creación, sin principio ni fin. 2. La paternidad es creación. El amor tiene que extenderse. La pureza no está limitada en modo alguno. La naturaleza del inocente es ser eternamente libre, sin barreras ni limitaciones. La pureza, por lo tanto, no es algo propio del cuerpo, ni tampoco puede hallarse allí donde hay limitaciones. El cuerpo se puede sanar gracias a los efectos de la pureza, los cuales son tan ilimitados como ella misma. No obstante, toda curación tiene lugar cuando se reconoce que la mente no está dentro del cuerpo, que su inocencia es algo completamente aparte de él y que está allí donde reside la curación. ¿Dónde se encuentra, entonces, la curación? Únicamente allí donde a su causa se le confieren sus efectos. Pues la enfermedad es un intento descabellado de adjudicar efectos a lo que carece de causa y hacer de ello una causa. 3. La enfermedad es siempre un intento por parte del Hijo de Dios de ser él su propia causa y de no permitirse a sí mismo ser el Hijo de su Padre. Como consecuencia de este deseo irrealizable, él no cree ser el Efecto del Amor, sino que él mismo debe ser su propia causa debido a lo que es. La causa de la curación es la única Causa de todo y sólo tiene un Efecto. En este reconocimiento no se le adjudica ningún efecto a lo que carece de causa y no se percibe ninguno. Una mente contenida en un cuerpo y un mundo poblado de otros cuerpos, cada uno con una mente separada, son tus “creaciones”, y tú eres la “otra” mente que crea efectos diferentes a Pero al ser su “padre”, tienes que ser como ellos. 4. En realidad no ha ocurrido nada, excepto que te quedaste dormido y tuviste un sueño en el que eras un extraño para ti mismo y tan sólo una parte del sueño de otro. El milagro no te despierta, sino que simplemente te muestra quién es el soñador. Te enseña que mientras estés dormido puedes elegir entre diferentes sueños, dependiendo del propósito que le hayas adscrito a tu soñar. ¿Deseas sueños de curación o sueños de muerte? Un sueño es como una memoria, en el sentido de que te presenta las imágenes que quieres que se te muestren. 5. Todos los retazos de memorias y de sueños se conservan en un almacén vacío, cuyas puertas están abiertas de par en par. Pero si tú eres el soñador, puedes percibir cuando menos esto: que eres el causante del sueño y, por lo tanto, que puedes aceptar otro sueño. Pero para que este cambio en el contenido del sueño tenga lugar, es esencial que te des cuenta de que fuiste tú quien soñó el sueño que no te gusta. Pues no es otra cosa que un efecto que tú causaste y del que ya no quieres ser la causa. Cuando los sueños son de asesinato y ataque, tú eres la víctima en un cuerpo herido y moribundo. Pero cuando los sueños son de perdón, a nadie se le pide ser la víctima o el que padece. Ésos son los felices sueños que el milagro te ofrece a cambio de los tuyos. No te pide que concibas otro sueño, sino sólo que te des cuenta de que inventaste el que quieres intercambiar por el de perdón. 6. Este mundo carece de causa, al igual que todos los sueños que alguien haya tenido en él. Ningún plan es posible en él ni hay nada que sea comprensible. ¿Qué otra cosa se puede esperar de lo que no tiene causa? Sin embargo, si no tiene causa, tampoco tiene propósito. Puedes ser el causante de un sueño, pero jamás podrás hacer que sus efectos sean reales. Pues ello cambiaría su causa y eso es precisamente lo que no puedes El soñador de un sueño no está despierto ni sabe que duerme. En sus sueños tiene fantasías de estar enfermo o sano, deprimido o feliz, pero sin una causa estable con efectos garantizados. 7. El milagro establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es real. Éste es un paso crucial a la hora de lidiar con ilusiones. Nadie tiene miedo de ellas cuando se da cuenta de que fue él quien las inventó. Lo que mantenía vivo al miedo era que no se daba cuenta de que él era el autor del sueño y no una de sus Él se causa a sí mismo lo que sueña que le causó a su hermano. Y esto es todo lo que el sueño ha hecho y lo que le ha ofrecido para mostrarle que sus deseos se han cumplido. Y así, teme su propio ataque, pero lo ve venir de la mano de otro. Como víctima que es, sufre por razón de los efectos del ataque, pero no por razón de su causa. No es el autor de su propio ataque y es inocente de lo que ha causado. El milagro no hace sino mostrarle que él no ha hecho nada. De lo que tiene miedo es de una causa que carece de los efectos que habrían hecho de ella una causa. Y, por lo tanto, nunca lo fue. 8. La separación comenzó con el sueño de que el Padre estaba privado de Sus Efectos y de que era incapaz de conservarlos, pues había dejado de ser su Creador. En el sueño, el soñador se hizo a sí mismo. Pero lo que hizo se volvió contra él, asumiendo el papel de creador suyo, tal como él mismo había hecho. Y así como él odió a su Creador, del mismo modo las figuras del sueño lo odian a él. Su cuerpo es su esclavo, y abusan de él porque los motivos que él le adjudicó al cuerpo ellas los han adoptado como propios. Y odian al cuerpo por la venganza que éste quiere consumar contra ellas. Mas la venganza de ellas contra el cuerpo es lo que parece probar que el soñador no es el autor del sueño. Primero se separan efecto y causa y luego se invierten, de forma que el efecto se convierte en causa y la causa en efecto. 9. Ése es el último paso de la separación, con el que da comienzo la salvación, la cual se encamina en dirección Este último paso es un efecto de lo que ha sucedido antes, que ahora parece ser la causa. El milagro es el primer paso en el proceso de devolverle a la Causa la función de ser causa y no efecto. Pues esta confusión ha dado lugar al sueño, y mientras no se resuelva, despertar seguirá siendo algo temible. Y la Llamada a despertar no será oída, pues parecerá ser la llamada al temor. 10. Al igual que todas las lecciones que el Espíritu Santo te pide que aprendas, el milagro es inequívoco. El milagro es la demostración de lo que Él quiere que aprendas, y te enseña que lo que te interesa son sus efectos. En Sus sueños de perdón, los efectos de tus sueños quedan des-hechos, y aquellos que eran tus enemigos acérrimos se perciben ahora como amigos que te desean el bien. Ahora se ve que vuestra enemistad jamás tuvo causa, puesto que ellos no la causaron. Y puedes aceptar que fuiste tú el autor de su odio porque te das cuenta de que éste no tiene efectos. Te has liberado del sueño lo suficiente como para darte cuenta de que el mundo es neutral y de que no es necesario tener miedo de los cuerpos que parecen moverse por él como entes Por lo tanto, no están enfermos. 11. El milagro te devuelve la causa del miedo a ti que lo inventaste. Pero también te muestra que, al no tener efectos, no es realmente una causa porque la función de lo causativo es producir efectos. Y allí donde los efectos han desaparecido, no hay causa. De este modo, el cuerpo se cura gracias a los milagros porque éstos demuestran que la mente inventó la enfermedad y que utilizó al cuerpo para ser la víctima, o el efecto, de lo que ella misma fabuló. Mas la mitad de la lección no es toda la lección. El milagro no tiene ninguna utilidad si lo único que aprendes es que el cuerpo se puede curar, pues no es ésta la lección que se le encomendó enseñar. La lección que se le encomendó enseñar es que lo que estaba enfermo era la mente que pensó que el cuerpo podía enfermar. a Proyectar su culpabilidad no causó nada ni tuvo efecto alguno. 12. Este mundo está repleto de milagros. Se alzan en radiante silencio junto a cada sueño de dolor y sufrimiento, de pecado y culpabilidad. Representan la alternativa al sueño, la elección de ser el soñador, en vez de negar el papel activo que has desempeñado en la fabricación del sueño. Los milagros son los felices efectos de devolver la enfermedad-la consecuencia-a su causa. El cuerpo se libera porque la mente reconoce lo siguiente: “Nadie me está haciendo esto a mí, sino que soy yo quien lo está haciendo”. Y así, la mente es ahora libre de llevar a cabo otra elección. A partir de ahí, la salvación procederá a cambiar el rumbo de cada paso que se haya dado en el descenso hacia la separación, hasta que lo andado se haya desandado, la escalera haya desaparecido y todos los sueños del mundo hayan sido des-hechos.
@cinderella1414
@cinderella1414 4 күн бұрын
Sigamos escapando de este mundo que no soportamos a traves de cualquier doctrina espiritual que nos lo permita.Solo vemos lo que pensamos
@cinderella1414
@cinderella1414 4 күн бұрын
No se entiende un joraca como decimos en Argentina
@claudiaveronicaluna568
@claudiaveronicaluna568 4 күн бұрын
❤que bonito y claro son los últimos capitulos❤ gracias maestro ❤un milagro para todos en el nombre de Jesus❤
@nathalieduran8784
@nathalieduran8784 4 күн бұрын
🕊 Capítulo 28 (2da parte) I. El recuerdo del presente 13. Ahora el Hijo de Dios se ha vuelto por fin consciente de una Causa presente y de Sus benévolos Efectos. Ahora comprende que lo que él ha hecho carece de causa y que no tiene efectos de ninguna clase. Él no ha hecho nada. Y al reconocer esto, se da cuenta de que nunca ha tenido necesidad de hacer nada y de que nunca la tuvo. Su Causa son Sus Efectos. Jamás hubo otra causa aparte de Ella que pudiera generar un pasado o un futuro diferentes. Sus Efectos son por siempre inmutables y se encuentran enteramente más allá del miedo y del mundo del pecado. 14. ¿Qué se ha perdido por dejar de ver lo que carece de causa? ¿Y dónde está el sacrificio una vez que el recuerdo de Dios ha venido a ocupar el lugar que antes ocupaba la pérdida? ¿Qué mejor modo hay de cerrar la diminuta brecha entre las ilusiones y la realidad, que dejar que el recuerdo de Dios fluya a través de ella y la convierta en un puente en el que sólo un instante es suficiente para cruzarlo? Pues Dios ha cerrado la brecha Consigo Mismo. Su recuerdo no ha desaparecido ni ha dejado al Hijo encallado para siempre en una costa desde donde puede divisar otra a la que nunca podría llegar. Su Padre ha dispuesto que él sea elevado y llevado dulcemente hasta ella. Él construyó el puente y es Él Quien transportará a Su Hijo a través de él. No temas que vaya a dejar de hacer lo que es Su Voluntad ni que vayas a ser excluido de lo que Ésta dispone para ti.
@nathalieduran8784
@nathalieduran8784 4 күн бұрын
🕊 Capítulo 28 (1era parte) I. El recuerdo del presente 1. El milagro no hace nada. Lo único que hace es des-hacer. Y de este modo, cancela la interferencia a lo que se ha hecho. No añade nada, sino que simplemente elimina. Y lo que elimina hace mucho que desapareció, pero puesto que se conserva en la memoria, sus efectos parecen estar teniendo lugar ahora. Hace mucho que este mundo desapareció. Los pensamientos que lo originaron ya no se encuentran en la mente que los concibió y los amó por un breve lapso de tiempo. El milagro no hace sino mostrar que el pasado ya pasó y que lo que realmente ya pasó no puede tener efectos. Recordar la causa de algo tan sólo puede dar lugar a ilusiones de su presencia, pero no puede producir efectos. 2. Todos los efectos de la culpabilidad han desaparecido, pues ya no existe. Con su partida desaparecieron sus consecuencias, pues se quedaron sin causa. ¿Por qué querrías conservarla en tu memoria, a no ser que desearas sus efectos? Recordar es un proceso tan selectivo como percibir, al ser su tiempo pasado. Es percibir el pasado como si estuviera ocurriendo ahora y aún se pudiese ver. La memoria, al igual que la percepción, es una facultad que tú inventaste para que ocupara el lugar de lo que Dios te dio en tu creación. Y al igual que todas las cosas que inventaste, se puede emplear para otros fines y como un medio para obtener algo distinto. Se puede utilizar para sanar y no para herir, si ése es tu deseo. 3. Nada que se utilice con el propósito de sanar conlleva esfuerzo alguno. Es el reconocimiento de que no tienes necesidades que requieran que hagas algo al respecto. No es una memoria selectiva ni se utiliza para obstruir la Verdad. Todas las cosas de las que el Espíritu Santo puede valerse para sanar le han sido entregadas libres del contenido y los propósitos para las que fueron concebidas. Son sencillamente facultades que aún no tienen una aplicación concreta y que sólo esperan a que se haga uso de ellas. No han sido consagradas a nada en particular ni tienen ningún objetivo. 4. El Espíritu Santo puede ciertamente hacer uso de la memoria, pues Dios Mismo se encuentra en ella. Mas no es ésta una memoria de sucesos pasados, sino únicamente de un estado presente. Has estado acostumbrado por tanto tiempo a creer que la memoria contiene sólo el pasado, que te resulta difícil darte cuenta de que es una facultad que puede recordar el Las limitaciones que el mundo le impone a ese recordar son tan vastas como las que permites que el mundo te imponga a ti. No existe vínculo alguno entre la memoria y el pasado. Si quieres que haya un vínculo, lo habrá. Mas es sólo tu deseo lo que lo establece y sólo tú quien lo limita a una parte del tiempo donde la culpabilidad aún parece persistir. 5. El uso que el Espíritu Santo hace de la memoria no tiene nada que ver con el tiempo. El Espíritu Santo no la utiliza como un medio para conservar el pasado, sino como una manera de renunciar a él. La memoria retiene los mensajes que recibe y hace lo que se le encomienda hacer. No escribe el mensaje ni establece su propósito. Al igual que el cuerpo, no tiene un propósito intrínseco. Y si parece servir para abrigar un viejo odio y presentarte escenas de injusticias y de resentimientos que has estado guardando, eso fue lo que le pediste que fuera su mensaje, y ése fue el que te dio. La historia de todo el pasado del cuerpo se encuentra oculta en la memoria, confinada en sus bóvedas. Todas las extrañas asociaciones que se han hecho para mantener vivo el pasado y el presente muerto, están depositadas ahí, esperando tu orden de que se te traigan y vuelvan a revivirse. Y de este modo, sus efectos parecen haber aumentado con el tiempo, el cual eliminó su 6. El tiempo, no obstante, no es más que otra fase de lo que no hace nada. Colabora estrechamente con todos los demás atributos con los que intentas mantener oculta la verdad acerca de ti. El tiempo ni quita ni restituye. Sin embargo, lo utilizas de una manera extraña, como si el pasado hubiera causado el presente y éste no fuera más que una consecuencia en la que no se puede hacer cambio alguno, toda vez que su causa ha desaparecido. Un cambio, no obstante, tiene que tener una causa duradera, pues, de otro modo, no perduraría. Es imposible poder cambiar nada en el presente si su causa se encuentra en el pasado. Tal como usas la memoria, sólo el pasado está en ella y, así, no es más que un modo de hacer que el pasado predomine sobre el 7. Olvídate de todo lo que te has enseñado a ti mismo, pues no fuiste un buen maestro. ¿Y quién querría conservar en su mente una lección absurda cuando puede aprender y retener una mejor? Cuando memorias de viejos rencores vengan a rondarte, recuerda que su causa ya desapareció. Por lo tanto, no puedes entender cuál es su propósito. No permitas que la causa que quieres atribuirles ahora sea la misma que hizo que fuesen lo que fueron o parecieron ser. Alégrate de que su causa haya desaparecido, pues de eso es de lo que se te Y contempla, en cambio, los nuevos efectos de una Causa que se acepta ahora y cuyas consecuencias se encuentran aquí. Su hermosura te sorprenderá. Las nuevas ideas de antaño que traen consigo, serán las felices consecuencias de una Causa tan ancestral que excede con mucho el lapso de memoria que tu percepción ve. 8. Ésta es la Causa que el Espíritu Santo ha recordado por ti, cuando tú la habrías olvidado. No es una causa pasada porque Él jamás permitió que no se recordase. Nunca ha cambiado porque en ningún momento dejó Él de mantenerla a salvo en tu mente. Sus consecuencias te parecerán ciertamente nuevas porque pensabas que no recordabas su Causa. Mas Ésta nunca estuvo ausente de tu mente, pues no era la Voluntad de tu Padre que Su Hijo no Lo recordase. 0. Lo que tú recuerdas nunca sucedió, pues procedió de una ausencia de causa, que pensaste que era una causa. Cuando te des cuenta de que has estado recordando consecuencias que carecen de causa y de que, por lo tanto, jamás pudieron haber tenido efectos, no podrás por menos que reírte. El milagro te recuerda una Causa que está eternamente presente y que es inmune al tiempo y a cualquier interferencia. Dicha Causa nunca ha dejado de ser lo que es. Y tú eres Su Efecto, tan inmutable y perfecto como Ella Misma. Su recuerdo no se encuentra en el pasado ni aguarda al futuro. Tampoco se revela en los milagros. Éstos no hacen sino recordarte que esa Causa no ha desaparecido. Cuando Le perdones tus pecados, dejarás de negarla. 9. Tú que has querido condenar a tu Creador no puedes comprender que no fue Él Quien condenó a Su Hijo. Quieres negarle Sus Efectos, sin embargo, Éstos jamás han sido negados. Es imposible que Su Hijo pudiera haber sido jamás condenado por lo que carece de causa y es contrario a Su Voluntad. De lo único que tu memoria quiere dar testimonio es del temor a Dios. Él no ha hecho eso que temes. Ni tú tampoco. Por lo tanto, jamás perdiste tu inocencia. No tienes necesidad de curación para estar sano. Desde la quietud de tu interior, ve en el milagro una lección en cómo permitir que la Causa tenga Sus Efectos y en no hacer nada que pueda interferir. 10. El milagro llega silenciosamente a la mente que se detiene por un instante y se sumerge en la quietud. Se extiende dulcemente desde ese instante de quietud y desde la mente a la que en ese momento sanó hasta otras mentes para que compartan su quietud. Y éstas se unirán en su cometido de no hacer nada que impida el retorno de la radiante extensión del milagro a la Mente que dio origen a todas las mentes. Puesto que el milagro nació como resultado de un acto de compartir, no puede haber ninguna pausa en el tiempo que pueda hacer que el milagro se demore en llegar cuanto antes a las mentes perturbadas, para brindarles un momento de quietud en el que el recuerdo de Dios pueda retornar a ellas. Lo que creían recordar se acalla ahora, y lo que ha venido a ocupar su lugar no se olvidará completamente después. 11. Aquel a Quien dedicas parte de tu tiempo te da las gracias por cada instante de silencio que le ofreces. Pues en cada uno de esos instantes se le permite al recuerdo de Dios ofrecer todos sus tesoros al Hijo de Dios, que es para quien se han conservado. ¡Cuán gustosamente se los ofrece el Espíritu Santo a aquel para quien le fueron dados! Y Su Creador comparte Su agradecimiento porque a Él no se le puede privar de Sus Efectos. El instante de silencio que Su Hijo acepta le da la bienvenida a la eternidad así como a Él, permitiéndoles a Ambos entrar donde es Su deseo morar. Pues en ese instante el Hijo de Dios no hace nada que le pueda producir temor. 12. ¡Cuán rápidamente aflora el recuerdo de Dios en la mente que no tiene ningún temor que se lo impida! Lo que recordaba desaparece. Ya no hay pasado que con su imagen tenebrosa impida el feliz despertar de la mente a la paz presente. Las trompetas de la eternidad resuenan por toda la quietud, mas no la perturban. Y lo que ahora se recuerda es la Causa, no el miedo, el cual se inventó con vistas a anularla y a mantenerla en el La quietud habla con suaves murmullos de amor que el Hijo de Dios recuerda de antaño, antes de que su propio recordar se interpusiera entre el presente y el pasado para acallarlos.
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 5 күн бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@romina9085
@romina9085 5 күн бұрын
❤ 🙏
@feliciaaquino3710
@feliciaaquino3710 5 күн бұрын
Gracias.!❤
@mariosantana4590
@mariosantana4590 5 күн бұрын
Te agradezco tu enorme trabajo. Has elegido correctamente. Muchas gracias
@CristinaGarcia-ye5gz
@CristinaGarcia-ye5gz 5 күн бұрын
Gracias!!!!!
@tonyreyes3237
@tonyreyes3237 5 күн бұрын
Gracias gracias gracias. Infinitas.
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 6 күн бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@Rafanxc99
@Rafanxc99 6 күн бұрын
Por X, Facebook, WhatsApp, Instagram ? Por dónde ???🤔🤔🤔
@FernandaGutz22
@FernandaGutz22 6 күн бұрын
Gracias Maestro, me gusta mucho como siente cada línea de cada enunciado y su forma de expresar, gracias 🤍🙏✨️
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 7 күн бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@cecicampos2987
@cecicampos2987 7 күн бұрын
Precioso ❤
@feliciaaquino3710
@feliciaaquino3710 7 күн бұрын
Buenos días Santo maestro de Dios gracias.!!🙏❤️
@nathalieduran8784
@nathalieduran8784 7 күн бұрын
🕊 Capítulo 27 VI. Los testigos del pecado 1. El dolor demuestra que el cuerpo no puede sino ser real. Es una voz estridente y ensordecedora, cuyos alaridos intentan ahogar lo que el Espíritu Santo dice e impedir que Sus palabras lleguen hasta tu conciencia. El dolor exige atención, quitándosela así al Espíritu Santo y centrándola en sí mismo. Su propósito es el mismo que el del placer, pues ambos son medios de otorgar realidad al cuerpo. Lo que comparte un mismo propósito es lo mismo. Esto es lo que estipula la ley que rige todo propósito, el cual une dentro de sí a todos aquellos que lo comparten. El placer y el dolor son igualmente ilusorios, ya que su propósito es inalcanzable. Por lo tanto, son medios que no llevan a ninguna parte, pues su objetivo no tiene sentido. Y comparten la falta de sentido de que adolece su propósito. 2. El pecado oscila entre el dolor y el placer y de nuevo al dolor. Pues cualquiera de esos testigos es el mismo y sólo tienen un mensaje: “Te encuentras aquí, dentro de un cuerpo, y se te puede hacer daño. También puedes tener placer, pero el coste de éste es el dolor”. A estos testigos se unen muchos más. Cada uno de ellos parece diferente porque tiene un nombre distinto y, así, parece responder a un sonido diferente. A excepción de esto, los testigos del pecado son todos iguales. Llámale dolor al placer y dolerá. Llámale placer al dolor y no sentirás el dolor que se oculta tras el placer. Los testigos del pecado no hacen sino cambiar de un término a otro, según uno de ellos ocupa el primer plano y el otro retrocede al segundo. Es irrelevante, no obstante, cuál de ellos tenga primacía en cualquier momento dado. Los testigos del pecado sólo oyen la llamada de la 3. El cuerpo, que de por sí carece de propósito, contiene todas tus memorias y esperanzas. Te vales de sus ojos para ver y de sus oídos para oír, y dejas que te diga lo que siente. Mas él no lo sabe. Cuando convocas a los testigos de su realidad, te repite únicamente los nombres de éstos que le diste para que él los usara. No puedes elegir cuál de entre ellos es real, pues cualquiera que elijas es igual que los demás. Lo único que puedes hacer es decidir llamarlo por un nombre o por otro, pero eso es todo. No puedes hacer que un testigo sea verdadero sólo porque lo llames con el nombre de la Verdad. La verdad se encuentra en él si eso es lo que representa. De lo contrario, miente, aunque lo llames con el santo Nombre de Dios Mismo. 4. El Testigo de Dios no ve testigos contra el cuerpo. Tampoco presta atención a los testigos que con otros nombres hablan de manera diferente en favor de la realidad del cuerpo. Él sabe que no es real. Pues nada podría contener lo que crees que el cuerpo contiene dentro de sí. El cuerpo no puede decirle a una parte de Dios cómo debe sentirse o cuál es su función. El Espíritu Santo, sin embargo, no puede sino amar aquello que tú tienes en gran estima. Y por cada testigo de la muerte del cuerpo, te envía un testigo de la vida que tienes en Aquel que no conoce la muerte. Cada milagro que trae es un testigo de la irrealidad del cuerpo. Él cura a éste de sus dolores y placeres por igual, pues todos los testigos del pecado son reemplazados por los Suyos. 5. El milagro no hace distinciones entre los nombres con los que se llama a los testigos del pecado. Demuestra simplemente que lo que ellos representan no tiene efectos. Y puede demostrar esto porque sus propios efectos han venido a substituirlos. Sea cual sea el término que hayas utilizado para referirte a tu sufrimiento, éste ya no existe. Aquel que es portador del milagro percibe que todos esos términos son uno y lo mismo y los llama De la misma manera en que el miedo es el testigo de la muerte, el milagro es el testigo de la vida. Es un testigo que nadie puede refutar, pues los efectos que trae consigo son los de la vida. Gracias a él los moribundos se recuperan, los muertos resucitan y todo dolor desaparece. Un milagro, no obstante, no habla en nombre propio, sino sólo en Nombre de lo que representa. 6. El amor, asimismo, tiene símbolos en el mundo del pecado. El milagro perdona porque representa lo que yace más allá del perdón, lo cual es verdad. ¡Cuán absurdo y demente es pensar que un milagro pueda estar limitado por las mismas leyes que vino exclusivamente a abolir! Las leyes del pecado tienen diferentes testigos con distintos puntos fuertes. Y estos testigos dan testimonio de diferentes clases de sufrimiento. No obstante, para Aquel que envía los milagros a fin de bendecir el mundo, una leve punzada de dolor, un pequeño placer mundano o la agonía de la muerte no son sino el mismo estribillo: una petición de curación, una llamada de socorro en un mundo de sufrimiento. De esa similitud es de lo que el milagro da testimonio. Esa similitud es lo que prueba. Las leyes que consideraban que todas esas cosas eran diferentes son abolidas, lo cual demuestra su impotencia. El propósito del milagro es lograr esto. Y Dios Mismo ha garantizado el poder de los milagros por razón de lo que atestiguan. 7. Sé, pues, un testigo del milagro y no de las leyes del pecado. No hay necesidad de que sigas sufriendo. Pero sí de que sanes, ya que el sufrimiento y la angustia del mundo han hecho que sea sordo a su propia necesidad de salvación y liberación. 8. La resurrección del mundo aguarda hasta que sanes y seas feliz para que puedas demostrar que el mundo ha El instante santo substituirá todo pecado sólo con que lleves sus efectos contigo. Y nadie elegirá sufrir más. ¿A qué función mejor que ésta podrías servir? Sana para que así puedas sanar y evítate el sufrimiento que conllevan las leyes del pecado. Y la verdad te será revelada a ti que elegiste dejar que los símbolos del amor ocupasen los del pecado.
@franciscojavierangelessanc4522
@franciscojavierangelessanc4522 7 күн бұрын
Gracias desdé México
@charyclarocontreras6385
@charyclarocontreras6385 8 күн бұрын
Gracias, gracias. Tan necesario para mí hoy este mensaje!❤
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 8 күн бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@ManuelFranco-jt7op
@ManuelFranco-jt7op 8 күн бұрын
Jesús en vos confío
@luccasacu
@luccasacu 8 күн бұрын
Que bonito jose luis yo siempre te sigo oro por la mañana con tus oraciones y veo la sicoterapia y quiero hacerla para mi porque cada dia me aparece una nueva enfermedad in nuevo dolor yo le pido al Espiritu Santo para que me ilumine la causa pero no la he podido encontrar. ❤❤❤❤
@nathalieduran8784
@nathalieduran8784 8 күн бұрын
🕊 Capítulo 27 V. El ejemplo de la curación 1. La única manera de curar es ser curado. El milagro se extiende sin tu ayuda, pero tú eres esencial para que pueda dar comienzo. Acepta el milagro de curación y se extenderá por razón de lo que es. Su naturaleza es extenderse desde el instante en que nace. Y nace en el instante en que se ofrece y se recibe. Nadie puede pedirle a otro que sane. Pero puede permitirse a sí mismo a ser sanado, y así ofrecerle al otro lo que él ha recibido. ¿Quién podría ofrecer a otro lo que él mismo no tiene? ¿Y quién podría compartir lo que se niega a sí mismo? El Espíritu Santo te habla a ti, no a otro. Y al escucharle, Su Voz se extiende porque has aceptado lo que dice. 2. La salud es el testigo de la salud. Mientras no se dé testimonio de ella, no será convincente. Sirve de prueba sólo cuando ha sido demostrada, por lo que tiene que proveer un testigo que nos induzca a creer. Nadie se cura con mensajes contradictorios. Te curas cuando lo único que deseas es curar. Tu propósito indiviso hace que esto sea posible. Pero si tienes miedo de la curación, entonces no puede efectuarse a través de ti. Lo único que se requiere para que se efectúe es que no haya miedo. Los temerosos no se han curado, por lo tanto, no pueden curar. Esto no quiere decir que para que puedas curar tenga que haber desaparecido del todo el conflicto de tu mente. Pues si así fuese, no habría entonces necesidad de curación. Mas sí quiere decir que, aunque sólo sea por un instante, tienes que amar sin atacar. Un instante es suficiente. Los milagros no están circunscritos al tiempo. 3. El instante santo es la morada de los milagros. Desde ahí, cada milagro viene a este mundo como testigo de un estado mental que ha transcendido el conflicto y alcanzado la paz. El instante santo lleva el consuelo de la paz al campo de batalla, demostrando así que la guerra no tiene efectos. Pues todo el dolor que la guerra ha tratado de ocasionar, los cuerpos despedazados y los miembros mutilados, los moribundos gimientes y los muertos silenciosos son dulcemente elevados y consolados. 4. Allí donde un milagro ha venido a sanar no hay tristeza. Y lo único que se requiere para que todo esto ocurra es un instante de tu amor sin traza alguna de ataque. En ese instante sanas y en ese mismo instante se consuma toda curación. ¿Qué podría estar separado de ti una vez que has aceptado la bendición que el instante santo brinda? No tengas miedo de bendecir, pues Aquel que te bendice ama al mundo y no deja nada en él que pueda ser motivo de temor. Pero si te niegas a dar tu bendición, el mundo te parecerá ciertamente temible, pues le habrás negado su paz y su consuelo y lo habrás condenado a la muerte. 5. Aquel que pudo haber salvado a un mundo tan penosamente despojado de todo, pero que se volvió atrás por temor a ser curado, ¿no vería acaso a ese mundo como una condenación? Los ojos de los moribundos reflejan reproche, y el sufrimiento susurra: “¿De qué tienes miedo?” Examina detenidamente su pregunta. La hace en tu nombre. El mundo agonizante tan sólo te pide que dejes de atacarte a ti mismo por un instante para que él pueda sanar. 6. Ven al instante santo y sé curado, pues nada de lo que recibes ahí se olvida cuando regresas al mundo. Y al haber sido bendecido, traerás bendiciones contigo. Se te da vida para que se la impartas al mundo moribundo. Y los ojos dolientes ya no acusarán, sino que brillarán con agradecimiento hacia ti que los bendijiste. El fulgor del instante santo iluminará tus ojos y les dará visión para que puedan ver más allá del sufrimiento y, en su lugar, contemplar la faz de Cristo. La curación reemplaza al sufrimiento. El que ve la faz de Cristo no lo puede percibir, pues ambas cosas no pueden estar presentes a la vez. Y el mundo será el testigo de lo que veas y dará testimonio de ello. 7. Así, pues, lo único que el mundo requiere para poder sanar es tu curación. Sólo necesita una lección que se haya aprendido perfectamente. Y de esta manera, cuando tú la olvides, el mundo te recordará dulcemente lo que le enseñaste. Debido a su agradecimiento, no dejará de prestarte apoyo a ti que te dejaste curar para que él pudiera vivir. lnvocará a sus testigos para mostrarte la faz de Cristo a ti que les trajiste la visión, gracias a la cual ellos la presenciaron. El mundo de acusación es reemplazado por otro en el que todos los ojos se vuelven amorosamente hacia el Amigo que les trajo su liberación. Y tu hermano percibirá felizmente los muchos amigos que antes consideraba enemigos. 8. Aunque los problemas no son algo concreto, se manifiestan en formas concretas, y son estas formas las que configuran el mundo. Nadie entiende la naturaleza de su problema, pues, de lo contrario, ya no estaría ahí para que él lo pudiese ver. La naturaleza misma del problema es que no es un problema. Sin embargo, mientras él lo perciba así, no podrá verlo tal como es. La curación, en cambio, es evidente en situaciones concretas y se generaliza para incluirlas a todas. Esto se debe a que todas ellas son realmente la misma situación, a pesar de sus diferentes formas. La finalidad de todo aprendizaje es la transferencia, la cual se consuma cuando dos situaciones distintas se ven como la misma, ya que lo único que se puede encontrar en ellas son elementos comunes. Esto, no obstante, sólo lo puede lograr Uno que no ve las diferencias que tú No eres tú quien lleva a cabo la transferencia de lo que has aprendido. Pero el hecho de que dicha transferencia ya se haya llevado a cabo, a pesar de todas las diferencias que ves, te convence de que esas diferencias no podían ser reales. 9. Tu curación se extenderá y se aplicará a problemas que no creías eran tus problemas. Y resultará evidente también que todos tus diferentes problemas se resolverán tan pronto como te hayas librado de uno solo de No puede ser que sus diferencias sean las que hayan hecho que esto sea posible, pues el aprendizaje no puede saltar de una situación a su opuesto y obtener los mismos resultados. Toda curación debe proceder de manera ordenada, de acuerdo con leyes que han sido percibidas correctamente y que no se han violado. No dejes que la manera en que las percibes te haga sentir miedo. Estás equivocado, pero hay Alguien dentro de ti que está en lo cierto. 10. Deja, pues, la transferencia de tu aprendizaje en manos de Aquel que realmente entiende sus leyes y que se asegurará de que permanezcan invioladas e ilimitadas. Tu papel consiste simplemente en aplicarte a ti mismo lo que Él te ha enseñado y Él hará el resto. Así es como los diferentes y numerosos testigos de tu aprendizaje te demostrarán el poder de lo que has aprendido. El primer testigo que verás será a tu hermano, pero tras él habrá miles, y tras cada uno de éstos mil más. Puede que cada uno de ellos parezca tener un problema distinto del de los demás. Mas todos se resolverán al unísono. Y su común resolución demostrará que las preguntas no podían haber sido distintas. 11. ¡Que la paz sea contigo a quien se le ofrece curación! Y comprenderás que se te da la paz cuando aceptas la curación para ti mismo. No necesitas ser consciente de toda su valía para entender que te has beneficiado de Lo que ocurrió en aquel instante en que el amor entró sin ninguna traza de ataque, permanecerá contigo para siempre. Tu curación, así como la de tu hermano, será uno de sus efectos. Dondequiera que vayas contemplarás sus múltiples efectos. Todos los testigos que contemples, no obstante, serán sólo una fracción de los que realmente existen. La infinitud no se puede entender contando todas sus partes separadas. Dios te da las gracias por tu curación, pues Él sabe que es un regalo de amor para Su Hijo y, por lo tanto, un regalo que se le hace a Él.
@brandocauvi1130
@brandocauvi1130 8 күн бұрын
Gracias 🙏
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 9 күн бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@feliciaaquino3710
@feliciaaquino3710 9 күн бұрын
Muchas gracias santo maestro de Dios.!!👌🙏❤️
@feliciaaquino3710
@feliciaaquino3710 9 күн бұрын
Bendiciones Santo maestro de Dios.!!❤
@antoniasanchezsolano4156
@antoniasanchezsolano4156 9 күн бұрын
Gracias maestro. Bendiciones✨
@nathalieduran8784
@nathalieduran8784 9 күн бұрын
🕊 Capítulo 27 IV. La callada respuesta 1. En la quietud todas las cosas reciben respuesta y todo problema queda resuelto serenamente. Pero en medio del conflicto no puede haber respuesta ni se puede resolver nada, pues su propósito es asegurarse de que no haya solución y de que ninguna respuesta sea simple. Ningún problema puede resolverse dentro del conflicto, pues se le ve de diferentes maneras. Y lo que sería una solución desde un punto de vista, no lo es desde otro. Tú estás en conflicto. Por lo tanto, es evidente que no puedes resolver nada en absoluto, pues los efectos del conflicto no son parciales. No obstante, si Dios dio una solución, de alguna manera tus problemas tienen que haberse resuelto, pues lo que Su Voluntad dispone ya se ha hecho. 2. Por eso es por lo que el tiempo no está involucrado en la solución de ningún problema, ya que cualquiera de ellos se puede resolver ahora mismo. Y por eso es también por lo que, en tu estado mental, ninguna solución es posible. Dios tiene que haberte dado, por lo tanto, una manera de alcanzar otro estado mental en el que se encuentra la solución. Tal es el instante santo. Ahí es donde debes llevar y dejar todos tus problemas. Ahí es donde les corresponde estar, pues ahí se encuentra su solución. Y si su solución se encuentra ahí, el problema tiene que ser simple y fácil de resolver. No tiene objeto tratar de resolver un problema donde es imposible que se encuentre su solución. Mas es igualmente seguro que se resolverá si se lleva donde ésta se 3. No intentes resolver ningún problema excepto desde la seguridad del instante santo. Pues ahí el problema tiene solución y queda resuelto. Fuera de él no habrá solución, pues fuera de él no puede hallarse respuesta alguna. No hay lugar fuera de él donde jamás se pueda plantear ni una sola pregunta sencilla. El mundo sólo puede hacer preguntas que se componen de dos partes. Una pregunta con muchas respuestas no tiene respuesta. Ninguna de ellas sería válida. El mundo no hace preguntas con la intención de que sean contestadas, sino sólo para reiterar su propio punto de vista. 4. Las preguntas que se hacen en este mundo no son realmente preguntas, sino sólo una manera de ver las cosas. Ninguna pregunta que se haga con odio puede ser contestada porque de por sí ya es una respuesta. Una pregunta que se compone de dos partes, pregunta y responde simultáneamente, y ambas cosas dan testimonio de lo mismo aunque de forma diferente. El mundo tan sólo hace una pregunta y es ésta: “De todas estas ilusiones, ¿cuál es verdad? ¿Cuáles proclaman paz y ofrecen dicha? ¿Y cuál puede ayudarte a escapar de todo el dolor del que este mundo está hecho?” Independientemente de la forma que adopte la pregunta, su propósito es siempre el mismo: pregunta sólo para establecer que el pecado es real y responde en forma de ”¿Qué pecado prefieres? Éste es el que debes elegir. Los otros no son verdad. ¿Qué quieres que el cuerpo obtenga para ti que tú deseas por encima de todo? Él es tu siervo y también tu amigo. Dile simplemente lo que quieres y te servirá amorosa y diligentemente.” Esto no es una pregunta, pues te dice lo que quieres y a donde debes ir para encontrarlo. No da lugar a que sus creencias se puedan poner en tela de juicio. a Lo único que hace es exponer lo que afirma en forma de pregunta. 5. Una pseudopregunta carece de respuesta, pues dicta la respuesta al mismo tiempo que hace la pregunta. Toda pregunta que se hace en el mundo es, por lo tanto, una forma de propaganda a favor de él. Y así como los testigos del cuerpo son sus propios sentidos, así también las respuestas a las preguntas que el mundo plantea están implícitas en las preguntas que hace. Cuando la respuesta es lo mismo que la pregunta, no aporta nada nuevo ni se aprende nada de ella. Una pregunta honesta es un medio de aprendizaje que inquiere sobre algo que tú desconoces. No establece los parámetros a los que se debe ajustar la respuesta, sino que simplemente pregunta cuál es la respuesta. Mas nadie que se encuentre en un estado conflictivo es libre de hacer esta clase de pregunta, pues no desea una respuesta honesta que ponga fin a su conflicto. 6. Sólo dentro del instante santo se puede plantear honestamente una pregunta honesta. Y del significado de la pregunta se derivará todo el significado que pueda tener la respuesta. Es posible entonces separar tus deseos de la respuesta, para que ésta se te pueda dar y también para que la puedas aceptar. La respuesta se ofrece por Mas sólo se puede oír en el instante santo. Una respuesta honesta no exige sacrificios porque sólo contesta preguntas verdaderas. Las preguntas que hace el mundo tan sólo quieren saber a quién se le debe exigir sacrificio y no si el sacrificio tiene sentido o no. Y así, a menos que la respuesta indique “a quién se le debe exigir el sacrificio”, no se reconocerá ni será escuchada, y de este modo la pregunta seguirá en pie, ya que se contestó a sí misma. El instante santo es aquel en el que la mente está lo suficientemente serena para poder escuchar una respuesta que no está implícita en la pregunta; una que ofrece algo nuevo y distinto. ¿Cómo iba a poderse contestar una pregunta que no hace sino repetirse a sí misma? 7. No trates, por lo tanto, de solventar problemas en un mundo del que se ha excluido la solución. Lleva más bien el problema al único lugar en el que se halla la respuesta y en el que se te ofrece amorosamente. En él se encuentran las respuestas que solventarán tus problemas, pues no forman parte de ellos y toman en cuenta lo que puede ser contestado: lo que la pregunta realmente es. Las respuestas que el mundo ofrece no hacen sino suscitar otra pregunta, si bien dejan la primera sin contestar. En el instante santo puedes llevar la pregunta a la respuesta y recibir la respuesta que fue formulada expresamente para ti.
@feliciaaquino3710
@feliciaaquino3710 10 күн бұрын
@patriciamartinperez8524
@patriciamartinperez8524 10 күн бұрын
me encantan estas tertulias sois geniales
@romina9085
@romina9085 10 күн бұрын
🙏❤️
@StudioSoyBelleza
@StudioSoyBelleza 10 күн бұрын
Falso todo lo que dice
@stellamarisnardelligutierr7008
@stellamarisnardelligutierr7008 10 күн бұрын
Gracias por tu inmenso AMOR 💕 PADRE AMADO, quiero escuchar tu voz y no confundirme con otras voces.. ayúdame.TE AMO PADRE,ERES MI PADRE Y ME AMAS.