Mary Bravo, entiendo muy bien tu situación porque en mi familia hemos tenido varios casos de alzheimer y de demencia senil. El que no lo ha vivido no tiene idea del dolor que causa ver cómo esas enfermedades van destruyendo a nuestros seres queridos. Tampoco tienen idea de la fortaleza, paciencia y amor que se requieren para atenderlos y cuidarlos. Y es que no todo el mundo tiene esas capacidades y virtudes que se requieren para poder ser cuidador de un paciente con alguna de estas enfermedades. Con ésto no quiero justificar que en muchos casos gran parte de la familia se desentienda del cuido de los mismos, dejando muchas veces a uno o muy pocos familiares con esa responsabilidad. SI la condición económica lo permite, lo ideal es contratar a un cuidador profesional, permitiéndole al enfermo seguir desenvolviéndose en su propio entorno familiar al lado de sus seres queridos manteniendo sus raíces e historia, lo que le permite en cierta forma a continuar identificado con su propio ser. La otra alternativa es que el resto de la familia se responsabilice y se distribuya de forma más equitativa el tiempo que le debe tocar a cada quien cuidar al enfermo. Es doloroso ver cómo hijos, nietos, esposos, y demás familiares eluden esta responsabilidad dando mil y una excusas. Ésto a pesar de que en la mayoría de los países más desarrollados existen leyes que protegen a este tipo de pacientes del abandono y/o maltrato, lo que deberían ser instrumentos para obligarlos a dar la Cara para que asuman su responsabilidad teniendo siempre como meta, el bienestar de los pacientes. Desafortunadamente, y en una gran variedad de casos, los familiares optan por trasladar al enfermo a un asilo o casa de retiro. Considero que esta decisión es mucho más sana que el hecho de que el paciente esté mal atendido o desatendido, a pesar de que este rodeado de familiares. La opción del asilo no es mala; siempre y cuando, se garantice la elección de una institución que Cumpla con los requisitos y parámetros exigidos por la ley para que los mismos atiendan este tipo de pacientes. Pero lo más importante, si se llega a elegir esta alternativa, es que la familia debe estar consciente que un asilo no significa que la misma tenga derecho a desvincularse del "problema", como efectivamente pasa en una gran cantidad de casos. Los familiares deberán ser responsables de continuar manteniendo el vínculo afectivo tan necesario para que los pacientes no entren también en depresión y/o ansiedad al sentirse abandonados por sus seres queridos; circunstancias que pueden agravar o incluso, acelerar la enfermedad Neurológica. Dicen que la mejor medicina es el amor. Yo agregaría que también la gratitud; sobre todo, cuando la vida golpea de forma tan nefasta y dramática, como lo es el alzheimer y la demencia senil, a alguno de nuestros seres queridos. Entonces ha llegado el momento de devolver todo el amor y el sacrificio que hicieron nuestros padres, abuelos, tíos y demás seres queridos por cada uno de nosotros. Recordemos que la vida da muchas vueltas. No sabemos lo que nos devenga el futuro. Pero hay una realidad: de acuerdo a lo que sembremos, así mismo cosecharemos. Que Dios te conceda la fortaleza y la valentía para enfrentar al resto de familiares para que también asuman su responsabilidad. Y que a su vez, el Señor les toque sus corazones endurecidos por el egoísmo y la ingratitud. Ánimo y fortaleza en la Fé, que con Dios somos invencibles!!! Dios te bendiga 🙏 Un abrazo grande desde Panamá 🇵🇦