La Fonda Riga de hoy nada tiene que ver en ningún sentido y menos en el culinario con aquella de finales de los 70 cuyo recuerdo es imborrable en mi memoria, desde Barcelona, solía ir varias veces al año con mis padres y abuelo y posteriormente con mi novia, hoy mi mujer, recuerdo que comprábamos las petaques "patatas" a una casa situada al lado de la fuente del pueblo a la que se accedía subiendo unas escaleras exteriores.El desayuno de libre consumo de la tabla de embutidos, la enorme fuente de ensalada de cosecha propia o las exageradas cantidades de carnes con guarnición que eran espectaculares, todo eso era el espíritu y los cimientos de una espectacular Fonda genuinamente "cassolana y familiar" de la que la Fonda de hoy en día no tiene nada que ver, desafortunadamente, habiendo perdido todo el encanto y la magia que l'Albert y el avi depositaron en ella.No hace mucho estuve y la decepción de no encontrar nada de esa magia y encanto hace que mi próxima visita a la Fonda sólo sea en mis recuerdos.
@manolibarrero89183 жыл бұрын
No lo has podido describir mejor, la última generación se ha cargado el embrujo de la Fonda Riga.Recuerdo hace ya muchos años que desde Barcelona para encontrar ese duende de Fonda Riga tenías que ir a Tregura, hoy en día y para encontrar un establecimiento de las características actuales de la Fonda Riga, tienes a decenas alrededor de Barcelona, lo visité el año pasado y me decepciono a lo que yo recordaba, sobre todo, gastronómicamente hablando, no quiero que me sableen intentando hacer un picasso con una ensalada o un ternasco o bien un minúsculo postre, donde una firma comestible ocupa gran parte del plato por no hablar de que los precios se disparan respecto a la época en que hablo yo, que una familia trabajadora humilde podía ir asiduamente, hoy imposible a esos precios.
@franciscoortegapujol43033 жыл бұрын
Nada que ver con la magia de la antigua Fonda Riga, ese café en las frías noches en la entrada de la fonda, al lado del fuego viendo pasar a l'Albert siempre con su enorme puro, esas tablas de embutidos y esas abundantes comidas cassolanas, todo eso jamás se borrara de mis nostálgicos recuerdos, visité hace poco la Fonda y mi decepción de ver roto todo ese espíritu tan mágico hace que la Fonda Riga sólo quede en mi recuerdo.