Пікірлер
@anaclarabarros9841
@anaclarabarros9841 3 ай бұрын
Excelente nota , Gabo vamos por más , te felicito 😘🍀🍀😘
@sergioescalante2147
@sergioescalante2147 3 ай бұрын
Que grande Gaby
@danielreynoso7566
@danielreynoso7566 3 ай бұрын
Excelente entrevista
@luisadrianquintana5096
@luisadrianquintana5096 6 ай бұрын
Cosa curiosa para un historiador como fradkin. Minuto 23:40 hace referencia al historiador barriera que lo disgustaria ser nombrado como santafesino y no por lo que es, rosarino. Por estos detalles, de los que esta repleto quienes componen el campo historiografico consagrado tambien se mide la coherencia del oficio...
@musihistorias8399
@musihistorias8399 2 жыл бұрын
EXCELENTE ENTREVISTA!!!! LA ÚNICA CON TANTA CALIDAD Y EXTENSIÓN MUCHAS GRACIAS!!!!
@antba4039
@antba4039 2 жыл бұрын
Profesor!
@joaquinvaldez2084
@joaquinvaldez2084 3 жыл бұрын
Gran entrevista.
@gabrielelrojo6633
@gabrielelrojo6633 3 жыл бұрын
Se escucha perfectamente aún con eco que dura muy poco
@conchitamanriquedelara9101
@conchitamanriquedelara9101 3 жыл бұрын
No se escucha bien pues hay eco. No se puede seguir. Gracias!
@anaclarabarros9841
@anaclarabarros9841 3 жыл бұрын
Excelente profesor de historia y geografía, gran historiador Gabriel ErDmann , sigan al rojo
@martin.-3638
@martin.-3638 3 жыл бұрын
Un genio Loris
@leonardoiglesias2394
@leonardoiglesias2394 3 жыл бұрын
Su sutil defensa de la derecha y del “liberalismo” cansa, aburre.
@gabrielelrojo6633
@gabrielelrojo6633 3 жыл бұрын
Fe de erratas: amigos quise decir Darío Sztajnszrajber quien dijo que el libro de Laura es "La biblia del aborto"-No me acorde el apellido y dije "El hermano de Mauro Z"-Mil disculpas por la metida de pata grueso error que deseo asumir y aclarar
@gabrielelrojo6633
@gabrielelrojo6633 3 жыл бұрын
Aqui les dejo el texto 2-Ensayo de presentación del canal De te fabula narratur Introducción Hay sustantivos, adjetivos, verbos, conceptos, frases e ideas, que son representativas del sentir de este canal y que deseo compartir con Uds. Sepan disculpar mi timidez y el hablar balbuceante. Copete: Hay más cosas en el cielo y la tierra , Horacio, que las que sospecha tu filosofía ( W. Shakespeare-Hamlet) Exordio La tertulia-El banquete-El desencuentro-Trasegar-Imbricar-Desgranar-La parresia-La conversación-El rictus-Bares-Bibliotecas-Libros-Cogñac-Café-Rumiar-Dialogo-Las palabras-La charla-La polémica-Lo agonal-Escupir el asado-La sospecha-La conspiración-El entrenos-Filosofar con el martillo-La amistad como don-El don de la amistad-El campo de batalla-La literatura o la vida-El cambio de vías-El decir tartamudo-La única verdad es la ambigüedad-La vida es como un ring. Un día te sacan hasta el banquito-Del inconveniente de haber nacido-Porque ese cielo azul que todos vemos, no es cielo ,ni es azul-El malentendido-Lo espectral-La línea de fuga-El guiño de ojo-Las patas en la fuente-La mirada estràbica-La redención-Un fantasma recorre Europa-Ángeles y demonios-Dios ha muerto-Esa mujer-Ese hombre-Leto, decía, ha bajado , hace unos segundos del colectivo-Larva mediterránea-La mise en scene- Avant la lettre-El temor y el temblor-Llevo en mis oídos la más maravillosa música-Lumpen proletariat-Amor quedémonos aquí-El solicitante descolocado-Esto no es una pipa-No me verán envejecer-No te veré envejecer-Todo chiste en el fondo encubre una verdad-La nada nadea-Llora, llora, urutaú, en las ramas del yatay-El método barroco-Soy un cansado de triunfar dije en los 90-La paradoja-La banalidad del mal-El contra don-Lo lacunar-Esta mañana Nico preguntó por Uds.-La metáfora-Las etimologías- Los neologismos-El argot-El quiasmo-Que es un soplo la vida -La carbonilla-Mirar el sesgo-Hoy ha muerto mama o quizás ayer-No nos une el amor, sino el espanto-Un signo, somos indescifrable-El panfleto- El manifiesto-Por favor un oxímoron- La delación-Asaltar el cielo-Cuando el pueblo no se mueve, la filosofía no piensa-Todo lo que es sólido se desvanece en el aire-La revolución es un sueño eterno-Y sin embargo se mueve-Tu viejo tenía razón, hay que resistir-Estar en situación-Vivas las queremos-Lo que puede un cuerpo-Una nación para el desierto-Así no se mata a un valiente-Civilización o barbarie-La barbarie en la civilización-Solemne como pedo de inglés-Rajá turrito, rajá-La pelota no se mancha- Pelé es el destello del destello-Porque era el, porque era yo-Si Dios no existiera, todo estaría permitido-Aciegado de furor lento-Una giornata particulare-Un burgués pequeño pequeño-Voy a matar a un hombre. No sé cómo se llama, ni donde vive. Pero le encontraré y lo mataré-Zaratustra bajó solo de la montaña-Lucas siempre tiene razón- La infancia de un jefe-El jefe-Puse la mano en la trampa y cuando quise huir, me lleve la trampa conmigo-La república del silencio-La mayéutica de un corruptor de la juventud-Mucho más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas-Yo acuso-Todo el poder a los soviets-Fraternidad-Igualdad-Libertad-Los ricos como árboles y los pobres como pasto-Ni una menos-Es lo único que tenemos: Decir no. Ese es nuestro orgullo-Muere joven y serás un lindo cadáver-Lecturas que cambian vidas-Es si se quiere octubre, octubre o noviembre, del sesenta, sesenta y uno, octubre tal vez-Adonde iras con este sol-Dijo el negro jefe: ¿Cumplir? Solo si somos campeones-Quinlan tenía razón después de todo-Él era un hombre excepcional ¿Qué importa lo que se diga de la gente?-¿Me pueden explicar porque los Sartre nacen todos del otro bando?-¿Pero cuando? ¿Cuándo? Si siempre estoy llegando-
@gabrielelrojo6633
@gabrielelrojo6633 3 жыл бұрын
Despedida Dice Martin Fierro: Es la memoria un gran don, Calidà muy meritoria. Y aquellos que en esta historia, Sospechen que les doy palo. Sepan que olvidar lo malo, También es tener memoria. Más naides se crea ofendido, Pues a ninguno incómodo. Y si canto de este modo, Por encontrarlo oportuno. No es para mal de ninguno, Sino por el bien de todos. Para siempre mis paisanos, Me tendrán en su memoria. En su corazón mi historia, Ellos guardan ufanos. Las de todos mis hermanos, Pues son mis dichas desdichas. Sigue Fierro: Les dejo con Gabriel el rojo, Un amigo del fogón, Que entre cimarrón y cimarrón, Es de contar historias. Que traidora es la memoria, Cuando se incomoda la razón. Pero a no desanimarse, Amigos de este canal, Que en todas partes está el mal, Y no es cuestión el deprimir, Pues a todos los hombres nos tocan, Tiempos malos en que vivir. Esta última no me salió tan bien. Pero se entiende ¿no? ¿lo que quiero decir?.
@gabrielelrojo6633
@gabrielelrojo6633 3 жыл бұрын
Aqui va el texto Los orígenes de una pasión “(…) No sabemos si los acontecimientos que narra, son los sucedidos. Pero así ocurre habitualmente cuando imaginamos nuestro pasado. Se confronta lo que ha sucedido y lo que imaginamos que ha sucedido. Y esa imaginación es un derecho que todos tenemos (….)”-Horacio González sobre el Martin Fierro ¿Por qué hablamos de orígenes y no de nacimiento cuando nos referimos a algún hecho importante, ya sea personal o colectivo? Es que orígenes hace referencia al aspecto religioso, mítico o metafísico del asunto del que se quiere dar cuenta, en este caso de mi pasión por la Historia y el amor por los libros. Sin embargo, no hay en mí el menor atisbo de sentimiento religioso. Me considero un agnóstico. Eso define mi subjetividad desde hace mucho tiempo. Mi pasión por la Historia comienza en los años que van de la infancia a la pubertad. Y en esa edad casi todo nos parece sagrado o mágico. Pero por más que el paso del tiempo nos impida recuperar, en bruto, algunas de nuestras vivencias, la memoria preserva una conexión con un algo que está en un origen que nos constituye. No hay una fecha que sirva para inaugurar nada. Recupero momentos, casi como si se tratara de fragmentos en los cuales lo histórico y lo político entra a mi vida sin pedir permiso, la realidad en toda su crudeza, impiadosa, marcándome a fuego: el triunfo electoral de Cámpora en la Argentina de 1973, la muerte de Perón en 1974, el golpe militar en la Argentina, en marzo de 1976, el fallecimiento de Pablo VI, el secuestro y posterior asesinato de Aldo Moro, son algunos acontecimientos relevantes de la historia política nacional e internacional que me quedaron grabados para siempre. Y todo el tiempo vuelvo a ellos y a muchos otros, de una o mil maneras, para recuperar vaya a saber qué de todo eso, para hacerme nuevas preguntas, para mirarlos de otro modo. De alguna forma, es el retorno a unos orígenes que son, como decía el filósofo argentino León Rozichtner, «núcleo de verdad histórica». Episodios que están aguardando la tarea de recuperación resignificadora que todo andar fenoménico reclama. La Historia fue y es para mí como un magma que solo la muerte podrá destruir. Pero no pretendo ponerme solemne. Solo deseo narrar o al menos aludir al proceso de formación de ese magma hecho de libros, de diarios, de revistas, de papeles. Nada que tuviera la antigua forma de los libros me era ajeno: desde el Robinson Crusoe, de William Defoe, de la biblioteca Robin Hodd, hasta Una expedición a los indios ranqueles, de Lucio V. Mansilla, obra que pertenecía a la misma colección. Recuerdo la tapa amarilla, las hojas cocidas, el inolvidable aroma de los libros nuevos. Y Amalia, de José Mármol o La casa de los cuervos, de Hugo Wast . Y claro, el Martin Fierro, de José Hernández, obra infaltable en la modesta biblioteca de una familia de trabajadores. Estos son los títulos de cuando yo tenía, apenas, diez o doce años. La Historia siempre de la mano de la Literatura, por lo menos para mí. Un espíritu ávido de descubrimientos, de curiosidades insaciables. Estas nunca dejaron de crecer, en forma rizomática, ampliándose mi interés por otras áreas, por otras disciplinas. Y esto me llevó a preguntarme de dónde venía eso, a indagar en las posibles razones que no dejaban de alimentar esa vocación por saber cada vez más cosas. Y este escrito es, quizá, el imperfecto intento de explicarlo.
@gabrielelrojo6633
@gabrielelrojo6633 3 жыл бұрын
Y junto a los libros, los infaltables y coloridos mapas, los diccionarios, las láminas con los solemnes rostros de nuestros próceres, que venían con las revistas Anteojito y Billiken, las listas de batallas, las breves cronologías, las reproducciones plásticas de los hombres que habían hecho la historia del país. Medios a través de los cuales iba internalizando la versión de una historia hecha de gestas, de grandes personajes, de eventos que se recordarían, siempre, en los actos escolares. Una Historia sin fisuras, casi incuestionable, la verdad de los manuales. No había llegado, todavía, el tiempo de los cuestionamientos, de las incómodas preguntas. Por eso puedo admitir, sin vergüenza, que me gustaba leer los manuales, fueran del ciclo primario o del secundario. Tenían muchas páginas, mostraban fotos de monumentos, de pinturas, de hombres. Hasta me veo sintiendo el olor a nuevo que despedían los libros que mis padres me compraban. Y tal vez de su lectura me venga ese creciente interés por todo. En esos manuales estaba, terriblemente sintetizada, la historia del mundo del que yo formaba y formo parte. En ellos estaban trazadas las líneas que me traían hasta el presente que yo estaba viviendo. Ellos, germinal y parcialmente, me mostraban que todo tiene que ver con todo, que el hoy es inseparable del inmediato ayer y de la acumulación de ayeres que me llevan a España, a Portugal, a Inglaterra, a Francia, a Canaán y a la más antigua Mesopotamia, la de la fértil medialuna que la maestra dibujaba en la verde pizarra de la escuela. Fue en los manuales donde leí fragmentos de antiguos documentos, extractos de tratados, mapas en los que se consignaban los itinerarios de los hombres que iban a cruzar montañas, a librar memorables batallas, a liberar pueblos, a expulsar a extraños invasores. Y yo creo que fue entonces, que fue en esos momentos cuando sentí que me encontraba con algo que nunca, jamás, abandonaría. Y como dice Valery en Monsieur Teste “que es necesario ser arbitrario para hacer cualquier cosa ” y entonces yo me dije : «Esto es lo mío y nunca más lo voy a dejar». Fue, quizá, como el susurro de Dios que sienten los creyentes. No es tan sencillo de explicar. No es algo que se pueda ver con los ojos o que se pueda escuchar con los oídos. Es algo que se experimenta en todo el cuerpo y que hasta pareciera volverlo incapaz de albergar todo lo que uno siente. Parafraseando a Gilles Deleuze diría que es un devenir historia. En mi vida, el año 1982 fue clave. Tenía trece años. La Guerra de Malvinas, la invasión al Líbano, el inminente final de la Dictadura Militar, el comienzo de la escuela secundaria, mi fugaz simpatía por el Partido Comunista, cuyas publicaciones compraba, y el afecto que sentía por todos sus dirigentes son algunos de los hechos que sumaron a mi pasión por la Historia el interés por la política. Y fue en aquellos días cuando leí en la revista Humor dos entrevistas que la periodista Mona Moncalvillo les había hecho a dos historiadores: Félix Luna, de extracción radical, y José María Rosa, de conocida filiación peronista. Y fue como el lento abandono del mundo de los manuales y de las revistas escolares. Los hombres no ocultaban sus diferencias. Lo bueno para uno de ellos era claramente malo para el otro. Las bondades del breve y festivo reinado peronista eran minimizadas por el que hablaba de las libertades cercenadas, de los opositores presos, de la legalidad violada. Y esto me llevó a pedirle, insistentemente, a mi padre que me comprara el libro El 45, del escritor radical mencionado líneas arriba. Salió bajo el sello de la editorial Sudamericana. Recuerdo la tapa azul, veteada de naranja. ¡Qué gran diferencia, qué fenomenal contraste! Un manual para cientos de años de historia humana. Un libro casi tan voluminoso como aquel para un solo año, sí, un solo año para historiar un episodio que había ocurrido en el país en el que yo vivía, en la ciudad en la que había nacido. Ni la Ilíada, ni la Odisea, ni El Quijote: El 45, de Félix Luna. Después vinieron otros: La caída de Rosas, de José María Rosa, la revista Todo es Historia, fundada y dirigida por Félix Luna. Recuerdo el primer número que vi de esa valiosa revista. Fue en 1984, en un quiosco de diarios que estaba en el porteño barrio de Flores. Tenía el sonriente rostro de Carlos Gardel en la portada. Le siguió la colección Nuestro Siglo, que también dirigía Félix Luna. Con cada fascículo venía la reproducción de un diario de la época. Y cada dos semanas, si mal no recuerdo, la acompañaba un libro de historia o de literatura. Vuelvo a ver la dura tapa verde de los libros, las letras doradas, las páginas blancas, cocidas. Vuelvo a sentir el aroma que, misteriosamente, después de tantos años, permanece retenido en ellos. Una breve digresión: tenía diecisiete años cuando cursaba el quinto año de la secundaria en el colegio San Pedro Apóstol, en el barrio de Villa Devoto, en Buenos Aires. Y ese año conocí a quien, desde entonces, es un amigo. Se llama Darío Benítez. Y a él, una noche, bajando la escalera del colegio, le regalé el libro El 45, de Félix Luna. Y ese acto fue como un pacto sagrado, como una alianza eterna. Porque ese primer libro fue el primero de una serie que hoy se volvió miles de libros. En algún sentido, siento que ese día se sigue repitiendo, que cada vez que hablamos de libros estamos siendo fieles a ese acuerdo que celebramos aquel día, que nos estamos dejando envolver por sus repercusiones, por sus gratas resonancias. Luego le llegó el turno a otros autores, a nuevos enfoques, a perspectivas más amplias: la literatura, la filosofía, la antropología, la economía, el arte, la sociología, el psicoanálisis y hasta la crítica bíblica. Pero todas ellas profundamente conectadas por la Historia. Algo así como el ambicioso sueño de Fernand Braudel de una historia total. Y este largo proceso apenas aludido, explica que hoy tenga una biblioteca de casi veinte mil ejemplares, cantidad que resulta de sumar a los libros en formato papel los más de ocho mil que tengo en formato digital, soporte de los nuevos tiempos y al cual no opuse ninguna resistencia. Es verdad que no tendrán jamás la calidez que nos dan los libros que podemos tener entre las manos, pero en ellos, igual que en los primeros, están las palabras, los hechos, la memoria y los sueños de los hombres. Quise contarles esto para que me conozcan un poco más, para que tengan alguna idea de la trayectoria de mi vida y de cuáles son los temas que me importan. Son muchos, casi innumerables. Y aquí tendría sentido citar esa conocida frase de Karl Marx: «Nada humano me es ajeno». La creación de este canal de KZbin es una experiencia nueva para mí. Me gustan los medios y las maravillosas posibilidades que nos dan para comunicarnos y, sobre todo, para compartir contenidos audiovisuales. En mi infancia fui, también, un radioaficionado. Ya habrán visto algunas de las entrevistas que llevo realizadas. Los temas son variados. La perspectiva es científica. Los invitados, serios. Todos serán reconocidos especialistas en sus respectivas disciplinas. Verán desfilar a historiadores, filósofos, economistas, literatos. Músicos, cineastras, actores, y a todos aquellos que puedan arrojar algo de luz para que podamos entender un poco más el complejo mundo que vivimos. Lo último que quiero decirles tiene que ver con el nombre que elegí para el canal: Gabriel “el Rojo”. Algunos, quizá quieran saber el motivo de esa elección. El mismo tiene que ver con mi propia identidad política y cultural de izquierda. El color rojo remite a la Bandera tricolor de la revolución francesa, al símbolo presente en las barricadas de 1848 en gran parte de Europa, a la insignia de la comuna de Paris en 1871 , al símbolo de la revolución rusa de noviembre de 1917, a la sangre derramada en to das las luchas por la libertad contra la opresión y el racismo. Esto no me impide tener un dialogo con otras miradas o formas de concebir al mundo y a los hombres. Simplemente que nunca renegare de mis viejos amores .Y también quiero pedirles que se suscriban al canal y que me sugieran temas e invitados. Esto pueden hacerlo enviándome un correo electrónico a mi correo personal: [email protected] Les prometo que voy a estar especialmente atento a todas las propuestas que me hagan. Les mando un afectuoso saludo y les agradezco el tiempo que me dieron.
@andresvalenzuela4265
@andresvalenzuela4265 3 жыл бұрын
Loris es en nuestro tiempo histórico el mejor lector de la política de los siglos XIX y XX. Es tan claro al explicar los conflictos que terminamos entendiendo de donde es la raíz: la modernidad (el individuo, el contrato social, la secularización, el capuitalismo vs el orden corporativo, la concentracion del poder, la unidad iglesia-Estado y la pobreza como orden natural de la sociedad. Gracias Loris, como profesor de historia después de tantos años de estudio logré entender los verdaderos conflictos que nos atormentan hasta hoy.