Un día afortunado me desaprendí. Descubrí que mi sistema nervioso protegía un tesoro. Perdida entre capas de incomprensión y juicio encontré mi sensibilidad. Estaba empujada y emborronada, desgastada y deslucida. Y yo, desconectada, desmerecida y desempoderada, la había desactivado. Para abrazarla desoí miedos, escuché sentires y seque lagrimas. Y en esa profundidad que percibí, deje de echarme de menos y me pertenecí. Fui creando forma, tocando ese fondo conocido en el que viví. Y desobedeciendo tradiciones de supervivencia, di un paso ese día. Sentí mi capacidad de devolverla a la vida. Estudie, practique y experimente con ella hasta que fuimos inseparables. Así nació Alquimista Maccal. El resultado de saber que somos energía. Al ser complejos y poderosos se requiere de entrenamiento para dirigirnos con maestría. Empieza con mi primer libro, Alquimia Esencial, te lo envío por correo. Sigue con las meditaciones y equilibrados. Presencial o a distancia👉🏻
[email protected]