Funeral de Iósif Stalin: El 6 de marzo de 1953, todo Moscú, llegó en grandes multitudes a la Plaza Trúbnaia, desde el enorme Bulevar Rozhdéstvenski. No había suficiente espacio para que la gente transitara, y nadie podía regresarse porque otros seguían viniendo detrás: “La masa se hizo cada vez más grande, llegando a un punto en el que nos quedamos atrapadas. Fue imposible eludir la corriente humana.” (Relató Elena Zaks, una de las miles de personas que estuvieron entre la multitud. Ella tuvo suerte. Cuando pasaba por una valla un soldado la sacó de ahí, posiblemente salvándole la vida). En fin. Más de un centenar de personas murieron atrapadas durante el funeral de Stalin. Se estima que asistieron entre 300 mil y medio millón de ciudadanos. Ahora bien: Es sabido que se orinaron sobre la tumba de Franco, dentro de la mismísima Basílica de Los Caídos. A Mussolini, lo colgaron de las patas y arrastraron su cadáver. La tumba de Pinochet, está permanentemente custodiada por el Ejército Chileno, para evitar que los vándalos hagan de las suyas, de nuevo. Es “Deporte Oficial” ESCUPIR sobre las tumbas de Harry S Truman y de Juan María Bordaberry. Así que, Stalin, no pudo ser un hombre odiado y cruel, como lo pintan. Antes sería lo contrario. Stalin fue un Gran Líder, respetado y amado por su pueblo… o, de otro modo, hubiera quedado una clara evidencia de la repulsa civil, durante su funeral. Y, como podemos apreciar aquí, obviamente no fue así. Nadie en Rusia maldijo su nombre. .