Hermosa actividad dirigida por la maestra Susana Fernández, experiencia inolvidable y bueno conocer más sobre la guerra del Chaco una batalla heroica es algo inolvidable.

Fue reflexivo el ver cómo están ahora los que alguna vez dieron la vida por la patria

Me gustó mucho saber más sobre nuestra historia y lo importante que fueron estos acontecimientos.

Muy bonita experiencia, me gustó mucho participar en esta actividad 🩷

Muy buena experiencia aprendímos mucho sobre los héroes de la guerra del chaco que murieron por nuestra patria

Visitar a unos héroes de guerra es una experiencia que se queda grabada en el corazón y en la mente, como un recuerdo imborrable. La oportunidad de conocer de cerca a personas que han vivido y experimentado los horrores del conflicto armado, de escuchar sus relatos, de sentir la carga de sus recuerdos y la profundidad de su sacrificio, es un acto profundamente transformador. Estos héroes no solo lucharon por su país, por sus ideales o por la libertad de los demás, sino que vivieron en carne propia las consecuencias de sus decisiones, tanto las físicas como las emocionales. Esta experiencia de acercarme a esos hombres y mujeres valientes me enseñó más de lo que jamás imaginé sobre la resiliencia humana, el sacrificio, el perdón, la paz y, sobre todo, la importancia de recordar. Desde el momento en que llegué al lugar donde se encontraban los veteranos de guerra, la atmósfera era diferente. Había una serenidad solemne, una quietud en el aire que, aunque tranquila, parecía cargar con una historia interminable. Lo primero que me llamó la atención fue el respeto palpable que se respiraba entre los presentes. Había algo que unía a todos en ese lugar: el reconocimiento de que cada uno de ellos había sido parte de algo mucho más grande que sí mismos, algo que los había marcado de manera indelible. No se trataba de una celebridad ni de un espectáculo; era la presencia de personas que, a través del sufrimiento, el coraje y el sacrificio, habían forjado una parte crucial de la historia. A medida que caminé por los pasillos decorados con fotografías antiguas, medallas, cartas y recuerdos de tiempos pasados, me invadió un sentimiento de humildad. Vi a hombres y mujeres mayores que se habían enfrentado a los momentos más difíciles de sus vidas, pero que, a pesar de los años, seguían manteniendo una dignidad única. Me acerqué a uno de los veteranos, un hombre de estatura media, con canas en el cabello y un rostro arrugado por el paso del tiempo, pero con una mirada firme y un brillo en los ojos. Había algo en su presencia que me decía que este hombre había vivido mucho más que cualquier persona que yo pudiera conocer en una vida entera. Se presentó como Ricardo, y rápidamente entablamos una conversación. Ricardo me habló de sus años de servicio, de las batallas que vivió, de los compañeros que perdió, de la angustia y la incertidumbre que sentía cada vez que marchaba al frente. Mientras hablaba, no había ni una pizca de presunción o de vanidad en sus palabras. Todo lo contrario: sus recuerdos estaban impregnados de una profunda melancolía, como si revivir esos momentos lo devolviera a un lugar lejano y doloroso, al que preferiría no regresar, pero que jamás podría olvidar. Sin embargo, también era claro que había hecho su paz con esos recuerdos. “La guerra no tiene gloria”, me dijo. “La verdadera victoria es sobrevivir, es volver a casa, es poder abrazar a los tuyos después de todo lo que has vivido. Eso es lo que más vale”. Esas palabras se quedaron grabadas en mi mente, porque comprendí que para Ricardo, y para tantos otros como él, la guerra no era un acto heroico en sí mismo, sino una carga de la que solo se podía escapar con el tiempo y, a veces, con la ayuda de otros. A lo largo de esa visita, tuve la oportunidad de conocer a varios veteranos, cada uno con su propia historia, su propia vivencia, pero todos con algo en común: el amor por su patria y el sacrificio que hicieron por algo más grande que ellos mismos. Algunos hablaban de las atrocidades que presenciaron, de los compañeros que quedaron atrás, de las heridas que nunca sanaron completamente, ya sea físicas o emocionales. Pero también había un común denominador en todos ellos: un sentido de comunidad, de solidaridad que se había formado en medio de la adversidad. Habían sido compañeros de armas, habían luchado juntos, y esa fraternidad había sido lo que les dio la fuerza para seguir adelante, para sobrevivir, para vivir. En una de las conversaciones, un veterano que había participado en una de las batallas más sangrientas me relató cómo la guerra lo había cambiado para siempre. Al principio, alistarse había sido un acto de orgullo, de valentía, un deseo de servir a su país. Pero la realidad del conflicto lo transformó. Las primeras batallas fueron lo más aterrador que jamás había imaginado. No solo por la violencia, sino por el hecho de que, en la guerra, la muerte no era algo lejano; estaba al acecho, era un compañero constante. “La guerra no es como nos la pintan en las películas”, me dijo con una mirada triste. “Es sucia, es caótica, y lo que más duele es la sensación de que, a veces, no hay un propósito claro. Solo sigues adelante, porque no hay otra opción”. Lo que me sorprendió de este veterano en particular fue la forma en que hablaba del perdón. A lo largo de los años, había aprendido que para poder seguir adelante debía perdonar a aquellos que lo rodeaban, a aquellos que, de alguna manera, compartían la responsabilidad de los horrores vividos. “No se trata de olvidar”, me explicó, “sino de liberar el corazón. Si no perdonas, te quedas atrapado en un lugar oscuro. No puedes sanar”. Esas palabras fueron un recordatorio profundo de la importancia de sanar desde adentro, de dejar ir el odio y el resentimiento que se pueden acumular a lo largo de la vida. En las horas que pasé con los veteranos, escuchando sus historias, compartiendo su dolor, vi algo hermoso y paradójico en ellos: la capacidad de encontrar paz, de reconstruir sus vidas a pesar de las cicatrices del pasado. Muchos de ellos ahora dedicaban su tiempo a ayudar a otros veteranos, a hablar en escuelas y universidades sobre lo que realmente significa la guerra, sobre la importancia de la paz y de evitar el conflicto armado. El hecho de que, después de todo lo que habían sufrido, decidieran usar su experiencia para prevenir que otros pasaran por lo mismo, me dejó una huella imborrable. Comprendí que no solo eran héroes en el campo de batalla, sino también héroes en la vida cotidiana, porque seguían luchando por un mundo mejor, por una sociedad que aprendiera de los errores del pasado. Una de las experiencias más conmovedoras fue cuando un grupo de veteranos comenzó a cantar canciones de su época de servicio, algunas que solían cantar en el campo de batalla para mantener el ánimo. A pesar de los años y las heridas, las melodías parecían transportarlos a un tiempo y lugar específicos. Vi cómo sus rostros, aunque marcados por el tiempo y el sufrimiento, se suavizaban cuando recordaban esos momentos. La música tenía el poder de aliviar, de sanar, de recordarles que, a pesar de todo, seguían vivos, y que aún había belleza en el mundo, a pesar de lo que habían vivido. Al final de la visita, mientras me despedía de ellos, sentí una profunda gratitud. Gratitud por su sacrificio, por su valentía, por su generosidad al compartir sus historias. Pero también sentí una gran responsabilidad. Había aprendido algo invaluable: la importancia de recordar. Estos héroes de guerra no solo son figuras del pasado, sino que son recordatorios vivientes de la necesidad de trabajar por la paz, de evitar la violencia, de valorar la vida humana por encima de todo. En ellos, encontré la verdadera definición de heroísmo: no en la lucha, sino en la capacidad de seguir adelante, de sanar, de enseñar, de vivir con honor y dignidad. Visitar a estos héroes de guerra fue una de las experiencias más poderosas de mi vida. Me hizo reflexionar sobre el valor de la vida, sobre la fragilidad de la paz y la importancia de nunca olvidar el sacrificio de aquellos que nos dieron la oportunidad de vivir en un mundo mejor. En cada uno de esos veteranos, encontré no solo un héroe, sino un maestro, un guía, alguien que, a pesar de sus heridas, seguía dispuesto a luchar por un futuro más luminoso para las generaciones venideras.

muy interesante la visita, junto con los actos q hubo, para algunos es como una nueva experiencia, esto representa q homenajeamos de buena forma a personas que sirvieron a la patria sacrificando su vida por ella :) .

Fue muy especial conocer la historia detrás de cada detalle, comprender la importancia de este lugar sagrado y de quienes descansan allí. Poder caminar entre sus muros y sentir la presencia del pasado fue una forma única de conectar con el legado y la memoria que nos dejaron generaciones anteriores. Cada rincón parecía contar una historia que aún permanece viva y me llenó de gratitud y respeto hacia lo que representa

Mi visita al mausoleo fue una experiencia profundamente conmovedora, una jornada en la que el peso de la historia y el respeto hacia quienes nos precedieron se sintieron en cada rincón. Al entrar, me invadió un sentido de calma y reverencia que pareciera envolver todo el lugar, como si el tiempo mismo hubiese decidido detenerse en homenaje a la memoria de aquellos que descansan ahí. La estructura, solemne y majestuosa, se erguía como un tributo eterno, diseñada con una precisión y una belleza arquitectónica que hablaba de respeto y veneración.

La guerra del chaco fue algo muy doloroso para muchas familias y nos enseña el valor que tuvieron los que fueron a tal guerra para recordarlos de manera heroica

Muy buena experiencia con mis compañeros aprendimos muchoo sobre los historiadores y de ahí dejamos un lindo detalle de parte del colegio COMIBOL ORURO 2 Y TAMBINE HUBO RECONOCIMIENTO POR EL ESFUERZO DE LOS PROFESORES LA VERDAD ME ENCANTO VISITAR

La experiencia fue una nueva y maravillosa, el saber la historia y a los heroes que participaron en la guerra, bañarse de esos conocimientos es lo mejor, esperemos que se repita o que se replique con otros sucesos

Bueno la verdad ami me pareció algo muy interesante la ver por en si fue una bonita experiencia y también conocí una historia que no conocía y me gustó la verdad..

Fue un acto bastante honroso y significativo, ya q se recordó después de largo tiempo el valor y honor de los soldados q amaron a su patria.

La Guerra del Chaco es recordada como uno de los conflictos más importantes de Sudamérica en el siglo XX, dejando un legado de sacrificio y resiliencia en ambos países, y fue un buen momento recordar a los que fallecieron en la guerra.

*Este Acto de esta visita al mausoleo me parecio educativo e interesante porque al ir por recordar a los héroes que murieron en la Guerra del Chaco y para mi fue una experiencia inolvidable ya que nos enseñaron como un hombre muere por su patria querida y me lleno de conocimientos generales de mi país, ya que también le dio el aura la lluvia ya que le dio más realista de cómo era en ese entonces, "un honor a los soldados del Chaco". 🇧🇴

La verdad fue muy interesante conocer más de nuestra historia y fue algo significativo ir como colegio al mausoleo y rendir un homenaje a la guerra del Chaco y a la Batalla de Boquerón ✨

Fue una bonita experiencia visitar el mausoleo de los héroes de la guerra del Chaco, con esto no solo pudimos rendir homenaje a lo que son las personas que un día defendieron la Patria, si no tambien de la historia de lo que es la guerra del Chaco, pedazos de la historia que en el colegio no nos enseñan, la visita al mausoleo fue bastante interesante y provechoso para aumentar nuestro conocimiento.

Para mí fue una experiencia muy bonita ir a visitar el mausoleo, la verdad yo no conocía ese lugar pero gracias a que un grupo de nuestros compañeros hizo esa actividad posible y trayendo al historiador Mauricio Cazorla que gracias a el conocí un poco más de los héroes de la guerra del Chaco. En lo personal yo quiero que en el colegio sigamos asiendo estas actividades.

Estubo muy interesante la visita al mausoleo. 👍🏻

Un honor de ser participe de esta actividad, a la conmemoración de los héroes del CHACO, bueno fue un homenaje a lis héroes del CHACO también de ello aprendimos más sobre nuestra historia COMIBOL ORURO 2 SIEMPRE ADELANTE

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La visita al cementerio fue una experiencia muy buena,conocer más sobre los héroes del Chaco,su historia y sacrificio,todo fue admirable,en especial el detalle que hicieron el COLEGIO COMIBOL ORURO"2".

Me pareció muy interesante el mausoleo de los caídos en esta guerra del chaco no solo defendieron su patria, sino que también nos dejaron un legado de coraje y resiliencia. Es nuestro deber recordar sus sacrificios y honrar su memoria, asegurándonos de que sus historias y sus luchas no sean olvidadas.

Que bueno...

Buena experiencia para todos 🎉😮

Muy bonita experiencia , me ayudó a reflexionar nuestros héroes que lucharon por nosotros. Un recuerdo de como so.os afprtunados de vivir en una epoca pacifica. Una experiencia que nos hace reflexionar lo importante que son nuestra historia y apreciar cada momento de la historia y sus herpes

Muy linda la experiencia, me gustó como aún rendimos homenaje a nuestros héroes del chaco

Una experiencia que espero que no se vuelva a repetir

Las mejores 3 horas de mi vida 😭

Esta chido🤙 Atte:Mauricio Quintanilla

😂😂😂

en que momento Bolivia peleo solito con chile :v???!!!!!! LO QUE MAS PENA DA, COMO DEJARON AL PERÚ EN MEDIA GUERRA COMO COBARDEEEEEES

chilenus malus.... biba volivia

felicidades, muy buena recreación histórica

Estás historias se deben escribir en los libros de historia de Bolivia y Perú

👍

En el campo de la alianza TMB hubieron Rabonas peruanas. Saludos desde Tacna

Cómo se llama la canción que suena de fondo??? Por favor si alguien sabe

En Perú también hubo Rabonas