Es muy doloroso cuando las personas que se supone que deben amarnos incondicionalmente son quienes nos hacen daño. Si sientes que tus padres te tratan mal, lo primero que quiero decirte es que no estás solo. Muchas personas pasan por esto y es importante reconocer que tus sentimientos son completamente válidos. En estos casos, lo más importante es priorizar tu bienestar emocional. Entiende que no es tu culpa: A veces, los padres proyectan sus propias heridas, frustraciones o traumas en sus hijos. Eso no define tu valor como persona. Tú mereces respeto y amor, sin importar lo que ellos digan o hagan. Establece límites emocionales: No tienes que aceptar comportamientos tóxicos, incluso si vienen de tus padres. Puedes poner límites claros y decidir hasta dónde permites que sus palabras o acciones te afecten. Busca apoyo externo: Hablar con amigos de confianza, un terapeuta o incluso un grupo de apoyo puede ser liberador. A veces, es difícil procesar estas emociones solo, y compartirlas puede ayudarte a encontrar claridad. Trabaja en tu independencia emocional: Si sientes que el ambiente en casa te lastima constantemente, puede ser útil empezar a trabajar en crear una vida independiente donde tú tengas control sobre tu espacio y decisiones. Elige el perdón como liberación, no como justificación: Perdonar no significa justificar sus actos, sino liberarte del peso emocional que esos actos tienen sobre ti. Lo haces por ti, no por ellos.