09 - Un sabio recibe y aprecia la corrección (Iglesia Bautista Betel - Clarksville)

Proverbios 3:11-12
11 No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová,
Ni te fatigues de su corrección;
12 Porque Jehová al que ama castiga,
Como el padre al hijo a quien quiere.
1. Nunca “menosprecie” lo que es provechoso.
מָאַס maás; raíz primitivo; desdeñar; también (intransitivo) desaparecer:-abominar, aborrecer, arrojar, desdeñar, desechar, desestimar, despreciar, disipar, echar fuera, menospreciar, rehusar, repudiar, tener en poco, vil.
a. Menospreciar es desestimar.
Darle poco valor o despreciar algo.
b. Menospreciar es rehusar.
Rehusar es rechazar o no querer algo, es no aceptar algo.
c. Menospreciar es abominar.
Es sentir o mostrar aversión, condenarlo o maldecirlo.
2. El “castigo” es más que una disciplina.
mûsar (מוּסָר, 4148), «instrucción; castigo; advertencia». Este nombre aparece 50 veces, la mayoría en Proverbios. Aparece por primera vez en Dt 11.2: «Y comprended hoy, porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto el castigo de Jehová vuestro Dios, su grandeza, su mano poderosa, y su brazo extendido».
Uno de los propósitos principales de la literatura sapiencial era enseñar sabiduría y mûsar (Pr 1.2). Mûsar es disciplina y algo más. Como «disciplina» enseña a vivir correctamente en el temor del Señor, para que el sabio aprenda la lección antes de que lo tienten y pongan a prueba: «Cuando lo vi, reflexioné sobre ello; miré, y recibí instrucción» (Pr 24.32 LBLA). Se trata de una disciplina para toda la vida; de ahí la importancia de prestar atención a mûsar
a. Castigo en el contexto es recibir instrucción.
Instrucción:
Conjunto de las reglas o recomendaciones que se dan para algún fin. Acción de impartir o proporcionar conocimientos a otro.
Proverbios 1:8
8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre;
b. Castigo en el contexto es recibir censura o amonestación.
Censurar: Mostrar una persona su descontento, disconformidad o disgusto con la manera de ser u obrar de otra.
Job 20:3
3 La reprensión de mi censura he oído,
Y me hace responder el espíritu de mi inteligencia.
c. Castigo en el contexto es recibir escarmiento.
Escarmiento:
Castigo duro o ejemplar.
Ezequiel 5:15
15 Y serás oprobio y escarnio y escarmiento y espanto a las naciones que están alrededor de ti, cuando yo haga en ti juicios con furor e indignación, y en reprensiones de ira. Yo Jehová he hablado.
d. Castigo en el contexto es recibir restricción.
Restricción:
Es la acción y/o el resultado de restringir o reducir una cosa, es decir de poner límites.
e. Castigo en el contexto es recibir advertencia.
Advertencia:
Es una llamada de atención o aviso.
Ezequiel 5:15
15 Y serás oprobio y escarnio y escarmiento y espanto a las naciones que están alrededor de ti, cuando yo haga en ti juicios con furor e indignación, y en reprensiones de ira. Yo Jehová he hablado.
3. La “fatiga” siempre es incomodidad.
a. La “fatiga” nos lleva al límite de la irritabilidad.
b. La “fatiga” genera inconformidad en contra de lo que es incómodo.
4. El amor de Dios no exonera de Su juicio.
yakaj (יָכַה, 3198), «decidir, comprobar, convencer, juzgar».
a. La palabra “castigar” es declarar culpabilidad.
b. La palabra “castigar” es contender contra el error.
c. La palabra “castigar” es demandar buen comportamiento.
d. La palabra “castigar” es juzgar o razonar ante el error.
5. El amor de Dios es una expresión perfecta de su relación con los suyos.
6. El amor de Dios manifestado en el castigo tiene el propósito de santificarnos. Hebreos 12:5-11
Hebreos 12:5-11
5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
6 Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo.
7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10 Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero este para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. 11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.