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Entre todos los ejercicios de piedad que se practican durante el mes de mayo, no hay ninguno que sea tan antiguo y tan hermoso como el Mes de María. Un mes que la Santa Madre Iglesia dedica al mayor culto a la Santísima Virgen.
Es hora de retomar las prácticas piadosas de nuestros padres y abuelos:
•Coloca un altar a la Santísima Virgen en tu domicilio, y adornalo con flores.
•Acude al templo más cercano a rezar el Santo Rosario y ofrecer flores a María Santísima.
•Conságrate a la Santísima Virgen María por el método de San Luis María Grignon de Montfort.
•Entona cantos piadosos propios de este mes.
•Difunde la devoción a la Santísima Virgen.
•Organiza una procesión en tu parroquia para honrar y desagraviar al Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.
•Reza el Santo Rosario con tu familia.
•Adorna tu casa con los colores azul y blanco, colores propios de Nuestra Señora.
•Invoca a María en tus tentaciones y tribulaciones.
•Pidele a un sacerdote que te imponga el escapulario de Nuestra Señora.
•Usa la medalla milagrosa
•Únete a la cofradía de Nuestra Señora del Carmen, cualquier otra Cofradía o grupo/ asociación Mariana.
•Proclama a la Santísima Virgen reina de tu corazón, patria y familia.
•A diario tómate 15 minutos para desagraviar al Inmaculado corazón de María Santísima.
•Lleva siempre contigo un rosario o una estampita de Nuestra Señora.
•Difunde el amor a la Santísima Virgen en Niños. (Puedes vestirlos de blanco y llevarlos a ofrecer flores).
•Entroniza una imagen de la Santísima Virgen en tu hogar.8
•Adorna la fachada de tu calle con alguna imagen de nuestra Señora.
•Elabora pequeñas coronitas de flores y a diario ofrecelas a Nuestra Señora.
•Asiste a Santuarios/ templos marianos.
•Cada que pases frente a una imagen de la Santísima Virgen, haz un reverencia y saludala con el Ave María.
•Santifica el día sábado como propio de la Santísima Virgen.
•Honra a María Santísima con tus virtudes.
•Defiendela de los constantes ataques que los blasfemos y herejes protestantes dirigen en su contra sólo porque su soberbia y obstinación los ha dejado en tal orfandad que ni a la Santísima Virgen pueden ver como su Madre.
Todo para la mayor gloria de Dios y su purísima Madre la Santísima Virgen María.
¡V I V A M A R I A!