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Arrinconados por una lujosa zona de Montevideo, estos emprendedores de la producción nacional sobreviven gracias a un oficio en vías de extinción.
Mientras Montevideo se despereza, sin importar si hace frío o si llueve, los pescadores artesanales Juanucho y Manzanita se hacen camino del mar.
Estos trabajadores, pobladores de Punta Carretas desde hace décadas, han sabido tender sus redes de respeto y cariño en lo que hoy se ha convertido en una de las zonas más ricas del país.
Para realizar su tarea diaria, Juanucho y Manzanita salen al mar en un bote a remo, ya que la pesca (siempre escasa) no les permite contar con un motor fuera de borda.
Desde que el barco de Juanucho se dañó en una crecida, ambos pescadores se ganan la vida en la embarcación de Manzanita.
Todas las tardecitas que el viento lo permite, y ante la indiferencia de un tránsito alocado, tiran sus redes a unos 200 metros de la costa y al amanecer, recogen la pesca.
Por las condiciones del mar, esta extraña mezcla de agua dulce y salada del Río de la Plata, estos pescadores artesanales ya saben qué especies pudieron haber quedado en sus redes.
Aquella fría mañana de abril de 2011, en que el equipo de Producción Nacional en Tevé Ciudad fue a hacer el programa, la pesca fue inusual.