30 años viviendo solo su vida ejemplo de lucha

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2 ай бұрын

en esta ocacion les presentamos una triste historia de LOLI una persona que vive sola y enf3rm4 de salud . LE LLEVAMOS ALEGRIA conozca esta triste historia .
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Пікірлер: 18

@BabyTrujilloexplorador 2 ай бұрын

Hola amigos gracias por el apoyo Compartan . Para ayudar a más personas . DEJO MI NÚMERO DE TELÉFONO. 969784905 Éxitos totales a todos

@daniloespinoza5348 2 ай бұрын

Pobre loli tienen que sacarlo de hay urguente por su diebetes 😮😮😮😮😮😢😢😢😢😢

@user-so6bp2cn9t 2 ай бұрын

Hola baby trujillo explorador me gusta tu accion de ayuda a los mas necesitados.vales un peru.

@BabyTrujilloexplorador 2 ай бұрын

Saludos cordiales

@PeterPrism 2 ай бұрын

Un país civilizado debe garantizar la búsqueda de la felicidad de su pueblo. Es desgarrador ver pobreza y sufrimiento. Todavía somos los de la piedra y la honda, no hemos crecido.

@tupesadillasubversiva 2 ай бұрын

Supuestamente esta constitución prescribe el respeto de la dignidad de la persona, pero eso en el Perú queda en la teoría.

@vanjhonel8391 2 ай бұрын

pobre loli algun numero de yape para apoyar a loli ?

@cesarmejia3048 2 ай бұрын

Siii el mundo da muchas vueltas y de verdad se necesita solidaridad y trabajo social. Ojalá todo mejore 🙏 👏👏

@BabyTrujilloexplorador 2 ай бұрын

Saludos cordiales

@costumbresytradiciones2025 2 ай бұрын

Donde estarán los criticones de KZbin. No se le ve Fácil e criticar Lo difícil es hacer Bendiciones baby vale un peru

@user-hi7bz6kf7v Ай бұрын

Eso es falta de magnesio

@user-ot9rq9fj3u 2 ай бұрын

Exploración 30: "la venganza del licántropo": El viento de poniente siguió soplando y soplando, despejó nuevamente el ambiente hasta traer nuevas nubes. Seguramente entonces las masas de aire cambiaron y llegaron el levante y las olas. Pero sin lluvias, seminublado. Es día de las Fuerzas Armadas y estoy intrigado por si aprecio cambios en el sendero tras el paso de una semana, y si el cambio de supuesta identidad dada por el policía, provoca cambios en los humanos. Las dos aves rapaces en piedra que protegen las zonas angulares altas de la casa que da la bienvenida al barrio alto, recuerdan siempre también que eres vigilado. La afrenta no es con el cura y su mujer, ese es un problema a solucionar. Pero también hay un maltrato dado por el Diablo que me hizo pasar un mal rato. Los tres árboles de hoja caduca de la plaza de la libertad, ahora están totalmente verdes y sus pompones forman flores blanquimoradas. En mi ascenso por la calle de los naranjos me saludan con el "salam malicum". Hasta cierto punto hay que ser comprensivo. Pero ha de servir de lección respecto a los prejuicios y a los extraños. Desciendo por el laberinto de calles del barrio alto, que fue diseñado por gente de clase obrera en clandestinidad inicial, a la sombra de un cuartel donde ahora se asienta el hospital de la ciudad del valle. Era de caballería y mi abuelo paterno estuvo destinado en él. "La Remontá"... Todo parece tranquilo y misteriosamente en orden a mi entrada en el sendero, por el acceso habitual de las madres. La gata madre tres pelos me mira con recelo cuidando sobre todo del gato naranjito que no se le despega. Ella ya está practicamente en zona de abismo, forzando a los últimos cachorros a espabilar lo antes posible. Comienzo a avanzar por el sendero, comprobando cada pista, atendiendo a cada canto de pájaro, olor, y sobre todo cambios con los que me pueda hacer la idea de lo sucedido... Hay una pareja de padre e hijo musulmanes ataviados decentemente y de blanco. El padre es bastante mayor y sujeta una vara a modo de bastón de mando, pero no creo que fuera su abuelo. El hijo ya esta bien crecido aunque parecía algo infantil, o quizá lo contrario, igual que yo... Saludé al hombre barbado y al sonriente regordete con recíproca educación. No tuve inconveniente en mostrar ante ellos mi costumbre de embadurnar las manos con asperón de la entrada tapada de la cueva. El chico me llama la atención, sonriente, sobre una supuesta serpiente en mitad del sendero... Tiene toda la razón, es una cría de serpiente y no un gusano, por las escamas verdes de su lomo. Poco a poco voy dejando atrás a la curiosa pareja. Contemplándome a mi mismo en la escena, parecería de dibujos animados. Sobre todo al volver de regreso a esta posición. Pues como ya es habitual, los bribones fiscalizan visualmente el caminillo de cabras que desciende a Campo Santo, y a monte abierto y con luz, me verían también. No me importa para nada que la mujer del cura me detecte, ya que con mi oído he confirmado que controla mis horarios y me tiene perfectamente estudiado. Tampoco me importa que la pintoresca pareja me vea en descenso invertido con asombro hacia el misterioso y oculto pasillo oculto y camuflado por la pendiente. En comparación con el que hace una semana me miraba con las gafas oscuras, estos dos me parecen ángeles. De momento no oigo refunfuñar a la brasileña en mi descenso. Y pronto encuentro lo imprevisto. La cartera sigue allí. Y eso en parte cambia las cosas. Mientras desciendo pasando revista en dirección al trono de la licántropa, donde no puedo avanzar más para que los ruidosos bribones no me vean, hago conclusiones sobre lo que debo hacer. Lo que importa es lo que quiera Dios, metería las garras en fuego. Si era un robo de carteristas, sea. Pero si es un asesinato encubierto por prepotentes que crecidos, todavía torturarán a más jóvenes... Tampoco me importa si la mujer del cura me ve investigando algo en el suelo. De vuelta a la zona miro la foto con más atención. Parece claramente una niña, mofletuda. No tengo más remedio que tomar el camino opuesto al tomado la semana anterior, mientras desde el sendero me observan ángeles, y no demonio. Tampoco me importó que al girarme para hacer esta foto y que así no me viese la brasileña, que intuí que me estaría viendo de espaldas, ella misma lanzase un "mira, mira" mientras apretaba el disparador... Arrojé la cartera que tampoco había sido tocada por los limpiadores durante la semana. Y ascendí por aquí mismo. Padre e hijo me hicieron paso al adelantarles nuevamente por el sendero, muy respetuosos. Debieron creer que era policía. Pasé delante de los bribones. Miré hacia atrás a padre e hijo que les saludaron educadamente. Miré así para que los bribones que creen que también soy policía, no hagan malicias con los visitantes novatos. Afortunadamente, la mujer rubia de los perros mansos avanzó en dirección a los que yo dejaba atrás. Esta mujer me intriga, sobre todo sus pertinaces apariciones. Entre ellas el primer día de sendero, a la entrada. El perro blanco y grande en realidad es completamente ciego, muy viejo. El otro perro pequeño, se adelantó veloz a la zona de los bribones. Con mi terrible botín, más el de la merienda en la confitería, me debato sentado en escalón en el barrio alto sobre lo que debo hacer. Pero está claro que debo obedecer. Hice lo correcto. Primero esquivé a un posible asesino que en su locura es capaz de todo. Y ahora contraataco en sus fallos o en lo que Dios ha dejado precisamente para que se solucione. Si solo es un robo no pasa nada. Pero si hay un hermano o hermana, madre que encuentra a la hija desaparecida, y hay una red de malvados prepotentes torturadores de jóvenes, monta todavía más de la vergüenza de desperdicios eclesiásticos... Si todo queda en misterio... Existe una tercera posibilidad. Pero esa es sobrenatural. Los zapatos púrpuras de la licántropa coincidirían con esos. También la morita que vi antes de entrar en el sendero, desde el Mirador, y no volví a ver. Aunque pudiera haber más de una licántropa. Madre e hija... Ha sido una tarde misteriosa en el sendero. Más pudiera serlo todavía mañana, durante la noche. Que el Altísimo me proteja si me encuentro con la criatura más aterradora de la noche.

@user-ot9rq9fj3u 2 ай бұрын

Cuando llegué al vecindario me fijé en un anciano vagabundo que merodeaba en la zona. Se movía mal y daba bastonazos, hablando y riéndose solo. Resultó que está totalmente ciego y cruza la carretera a su suerte, siendo un milagro que sobreviva. Con el tiempo mi vecina, siempre criticando a quienes se dejan el portal abierto y haciéndome poner carteles porque alguien entraba de noche y se orinaba, me dijo que uno de sus hijos es un vecino del tercero, que tiene mucha cojera y una mujer y un hijo muy obesos. Puso de escusa para tener a su padre así, que es borracho. Los años pasaron y no le recogió. Le dejaba bolsas con comida dentro de las papeleras de la calle, pero arreglaron las aceras y no las han recolocado. Cuando llegó la pandemia se lo llevaron a un albergue donde también encerraron a los marroquíes que quedaron atrapados por el denominado "encierro" de 40 días, y decían que era un infierno. A los dos meses lo pusieron en esta misma calle, bien vestido, afeitado, alimentado y dando voces de alegría como si lo sacasen de la cárcel, pero igual de ciego. Y todo ha seguido igual. El domingo pasado cuando subía al sendero, lo vi a la altura de la acera del cine. Y de lejos le vi unas zapatillas Nike que parecían mejores todavía a las que me encontré en los contenedores. Pero cuando llegué a su altura me di cuenta de que uno de sus zapatos tenía la sandalia despegada, solo pegada en la zona de la punta. De manera que al andar, la suela se le queda en el suelo y arrastrando la mueve hacia adelante. Pero como es ciego no se da cuenta o no le importa y se ríe dentro de su mundo de fantasía. Por eso cuando me levanto de noche que me llama la gata enferma, no me quejo del dolor de talones que apenas mejora hasta la mañana siguiente.