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5 COSAS QUE SOLO LES PASAN A LOS ELEGIDOS (TE VAS A SORPRENDER)
En un mundo donde tantas voces buscan distraernos, ¿cómo sabemos que tenemos un llamado divino? Jesús nos enseñó que estamos llamados a ser la luz del mundo y, a veces, ese sentimiento de diferencia o singularidad que experimentamos es una indicación de que Dios tiene un plan especial para nosotros. Tomémonos un momento para meditar en estas señales y descubrir cómo Dios nos guía a través de nuestro camino espiritual.
Hay momentos en nuestras vidas en los que el aislamiento parece inevitable. De repente nos encontramos alejados de nuestros seres queridos, de nuestros amigos e incluso de nuestras rutinas habituales. Esta distancia puede provocar una sensación de vacío, como si el mundo que nos rodea siguiera girando sin nosotros. Sin embargo, este sentimiento de quedar excluido no es un castigo ni una coincidencia. Es en estos momentos de soledad que Dios muchas veces comienza su obra más profunda en nosotros.
El aislamiento no es un fin en sí mismo, sino un período de preparación. A través de este tiempo de retraimiento, Dios nos enseña a depender completamente de Él. Así como Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ayunar y orar durante cuarenta días antes de comenzar Su ministerio público, nuestro propio desierto es un espacio donde Dios purifica nuestras intenciones, fortalece nuestra fe y refina nuestro carácter. Él nos aleja de las distracciones del mundo para que podamos escuchar Su voz con mayor claridad.
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