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En la noche del viernes, 3 de septiembre, víspera del Festival Antonio Mairena en sus sesenta ediciones, la afición flamenca se da cita en la Casa Palacio de Mairena del Alcor, Auditorio Municipal Manuel Mairena, para conmemorar el 50 aniversario de la Casa del Arte Flamenco Antonio Mairena. (1971 - 2021), con un homenaje a la Sociedad del Cante Grande de Algeciras - Cádiz
Al cante estuvieron José Canela, Laura Vital, José Parrondo, Manuel Cástulo y Alonso Núñez “El Purili”. Al baile, Pepe Torres y su cuadro flamenco. Y, al toque, Manuel Herrera y José de la Pura.
En la primera, abren las guitarras de Manuel Herrera y Manuel Herrera Hijo, que ejecutan a dúo con una calidad admirable la Canción de Amor del maestro algecireño Paco de Lucía y el Vals Flamenco del onubense Niño Miguel. Una mirada a dos grandes de la guitarra, de la mano preciosista de estos dos tocaores que representan una casa tocaora.
A continuación, Alonso Núñez "El Purili", representante del Campo de Gibraltar que interpreto Liviana, Bulerías y Soleá al golpe, supo ganarse sus aplausos con la gracia gaditana que derrocha.
Laura Vital, la sanluqueña rompió el silencio de la noche con la interpretación de unos pregones que nos recordaron a Macandé, para seguir con malagueña, tangos y fandangos, certeramente interpretados con una voz más nítida, y demostrando que la maestría ya está presente en ella.
Cerró esta primera parte José Canela, Canela hijo, como se le conoce en el argot, responsable heredero de un brillante legado flamenco, que cantó por alegrías, soleá y seguiriya, recibiendo del público los oles que los cantes grandes siempre arrancan en Mairena. José Canela tiene una voz natural y timbrada que adorna los cantes con una personalísima musicalidad y que, junto con su correcta interpretación, aseguran el gusto del público.
En la segunda parte se dio paso al baile de Pepe Torres y su cuadro flamenco. Pepe Torres atesora el conocimiento flamenco de su familia y un compás indiscutible que demuestra con una elegancia sin discusión en el baile de hombre, elegante, de pose, sin estridencias, pero lleno de bellos movimientos que nos pueden transportar al recuerdo de cualquier otro tiempo en este arte con sus alegrías, tientos tangos y soleá de su repertorio.
José Parrondo, Cantiñas, serrana y bulerías por soleá fueron los palos a los que dio vida con la maestría del que sabe colocar y un gusto sabroso a la hora de elegir las letras.
Por último, Manuel Cástulo, que cerró el espectáculo, a quien el público esperó en sus asientos hasta el final de la velada, como el que espera un regalo. Por romance, seguiriya y toná, se llenó el auditorio con su voz que desgarra la pena. No pocos quedamos emocionados con el romance, de su propia composición, que dedicó al añorado José Menese. La seguiriya nos transportó a las más jondas duquelas del ser humano, algunas dobles. Y el remate por toná, como es tradición en Mairena, consiguió el momento más emotivo de la noche, pues el silencio con que el público recibió este cante fue tan inmenso como el mayor de los silencios.
#弗拉門戈歌唱