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En esta gran partida en donde Rubinstein aprieta a Schleschter, las negras intentan jugar con cuidado en el centro del tablero para no ceder terreno, pero al no poder destruir tan fuerte conformación, intenta moverse en el flanco de dama, entonces como consecuencia las blancas consiguen penetrar en las líneas traseras del bando negro, y lograr ganar con ideas muy finas hasta el final.