AL CONFIAR EN DIOS, PODEMOS SUPERAR EL PASADO Y SANAR NUESTRAS HERIDAS.

Isaías 43:18-19:
Al confiar en Dios, podemos superar el pasado, sanar nuestras heridas y mirar hacia adelante.
La Biblia nos enseña de manera clara que debemos dejar atrás el pasado y avanzar hacia el futuro con esperanza y fe. En varios pasajes, encontramos palabras de aliento que nos invitan a no quedarnos atados a lo que ya ocurrió, sino a enfocarnos en lo que Dios tiene preparado para nosotros. El mensaje central es que, al confiar en Dios, podemos superar el pasado, sanar nuestras heridas y mirar hacia adelante con la seguridad de que hay algo mejor por venir.
1. Dejar atrás el pasado y avanzar hacia lo nuevo
Uno de los versículos más poderosos sobre este tema se encuentra en Isaías 43:18-19:
"No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad."
Este pasaje nos anima a no quedarnos atrapados en el pasado, porque Dios está haciendo algo nuevo en nuestras vidas. No importa lo que haya sucedido antes, Dios tiene la capacidad de transformar nuestras circunstancias y crear oportunidades frescas y llenas de bendiciones.
2. Olvidando lo que queda atrás
El apóstol Pablo también habla sobre dejar atrás el pasado para enfocarse en el propósito de Dios. En Filipenses 3:13-14, dice:
"Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús."
Pablo reconoce que, para alcanzar la meta de vivir plenamente en Cristo, es necesario dejar el pasado atrás. Esto implica no solo olvidar los fracasos, sino también no quedarse atados a los éxitos pasados. El enfoque debe estar en lo que Dios quiere hacer ahora y en el futuro.
3. Superar el pasado y recibir sanidad
Jesús también habló de la importancia de dejar atrás las heridas y cargas del pasado para encontrar sanidad y paz. En Mateo 11:28-30, Jesús nos invita a dejar nuestras cargas en Él:
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga."
Cristo nos ofrece descanso y sanidad para las heridas que llevamos del pasado. Si le entregamos esas cargas, Él promete aligerarlas y darnos una nueva oportunidad de avanzar con paz en el corazón.
4. Una nueva criatura en Cristo
Finalmente, en 2 Corintios 5:17, se nos recuerda que en Cristo somos transformados, y que el pasado ya no nos define:
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."
Este versículo resalta que, al aceptar a Cristo en nuestras vidas, somos hechos nuevos. Ya no somos prisioneros de nuestro pasado, sino que podemos vivir una vida renovada, con un nuevo propósito y una nueva identidad en Cristo.
Al dejar atrás el pasado, también aprendemos a confiar plenamente en los planes de Dios para nuestro futuro. Cuando nos aferramos a viejas heridas, fracasos o incluso éxitos, nos impedimos ver lo que Dios tiene preparado para nosotros. Jeremías 29:11 nos recuerda que Dios tiene "planes de bienestar y no de calamidad, para darnos un futuro y una esperanza". Este es un recordatorio de que nuestro futuro en las manos de Dios siempre es mejor que cualquier cosa que hayamos dejado atrás. Liberar nuestro pasado no significa olvidar lo que hemos vivido, sino permitir que Dios use nuestras experiencias, buenas o malas, para moldear nuestro carácter y prepararnos para las bendiciones y los propósitos que tiene reservados. Al avanzar con fe, entendemos que Dios está siempre trabajando para nuestro bien, y eso nos da la fuerza para mirar hacia adelante con esperanza y confianza.