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El pueblo santafecino Colonia Bossi, lo vio nacer, el 2 de febrero de 1931, aunque Alberto Merlo nació para la milonga, el triunfo, la huella, la cifra, el estilo, en 1949, año en que se subió por primera vez a un escenario
Como un historiador, que relata los acontecimientos del espíritu del hombre de la llanura, Alberto Merlo utiliza el canto como su plegaria
Alberto Merlo, comenzó cantando tangos, aunque su música íntima siempre fue la milonga.
Don Alberto falleció en Mar del Plata el 10 de abril de 2012. :
Mensual de campo - milonga- Alberto merlo - Miguel Domingo Etchebarne
En que potrero lejano
se prolongará su marcha
bajo dureza de escarcha
o trebolar de verano.
Tras que ternero orejano
o rastro de yeguarizo
en el pangare mestizo
o el malacara lunanco
irá recorriendo al tranco
el horizonte rojizo.
Lo enlutaba la golilla
y el sombrero con ribete
y andaba siempre paquete
de botas de cabritilla
solo adornaba una hebilla
su cinto de cuero crudo
era fuerte y corajudo
y serio como un facón
de poca conversación
pero atento en el saludo.
Debajo del cojinillo
acostumbraba llevar
la cuchilla de cuerear
de corvo cabo amarillo
tenía un recao sencillo
corto a la usanza surera
y al borde de la encimera
la california tocaba
con ruido seco de aldaba
la llave torniquetera.
Con parecido reflejo
al de su sonrisa franca
la cincha de lona blanca
listaba el apero viejo
tusaba liso y parejo
dejando un martillo bajo
y uso para su trabajo
con escondida jactancia
en vez de los de la estancia
los dos caballos que trajo.
Uno liviano ligero
el pangare ya nombrao
tenía paso recortao
y laya de parejero
arrollado coscojero
y pronto para montar
aunque manso en el andar
cualquier madrugada fría
en el arranque podía
arrastrarse a corcovear.
La estampa del malacara
salvo el anca defectuosa
era bruñida y vistosa
del lomo a la frente clara
reciedumbre de tacuara
que en cada nudo reluce
ancho y renegrido el tuse
y brasa encendida el pelo
como si tal cosa al suelo
tumbaba una vaca al cruce.
Hombre y caballo parecen
unirse en una figura
sobre la larga llanura
por donde desaparecen
y entre vislumbres que mecen
su incertidumbre en un giro
aún imagino que miro
su porte cuando se fue
montao en el pangaré
y el malacara de tiro.