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Antes de la lesión contra el Betis, tenía cero dudas de que Ansu Fati era un jugador absolutamente diferencial capacitado para pelearle a Mbappé y Haaland ser el jugador más destacado de 2020 a 2030.
Tras su lesión, llegaron varias lesiones más, siendo la última de gravedad aquella en Bilbao 2022, donde se animó al jugador a operarse, pero prefirió un tratamiento conservador. No se operó, y en cierta manera salió bien porque desde entonces no volvió a lesionarse, sin embargo sus sensaciones en el campo durante la temporada 22/23, nunca tuvieron nada que ver con las del Ansu Fati eléctrico y con muchísima chispa de su 'prime'.
Sobra decir que si en vez de un problema físico, fuera una cuestión de confianza y psicológica tras el daño que puede hacerte estar casi 2 años sin jugar a base de lesiones y más lesiones, podría ser la mejor noticia para un Barça necesitado de un jugador ofensivo diferencial por el sector zurdo del ataque, pero a día de hoy, es complicado saber cuál es el nivel que puede llegar a alcanzar Ansu Fati.