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“En la antigüedad se decía a todos los necesitados y a la gente sufriendo en el reino de Egipto: ‘¡Vayan a José! y hagan todo lo que él les diga.’ (Génesis 41: 55).
Así, dijo el soberano Pontífice a todos los que están en necesidad y a toda la gente sufriendo en el Reino de la Iglesia: ‘¡Vayan a José!’
Todo lo que verdaderamente se dice del primer José, en cuanto se refiere a su futuro, como a su bondad, su castidad, su paciencia, su sabiduría, su influencia con el rey, su poder sobre la gente, y su amor por sus semejantes, está verificado de una manera mucho más perfecta y aún hasta la actualidad, en el segundo José, el Casto y Amante Corazón.
Los invitamos a meditar y a vivir esta enseñanza de nuestro Santo Protector, San José, incursionando en la historia de la espiritualidad de la Devoción a los Siete Dolores y Gozos de San José, y entender porqué Dios, en la advocación del Casto y Amante Corazón, muestra en plenitud el poder y la gracia que este fidelísimo santo adquirió al compartir los misterios de nuestra Redención con los Sagrados Corazones Unidos.