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Para comprender el desarrollo del lenguaje en el autismo, es preciso el desarrollo de su comunicación.
Aproximadamente, el 30% de los autistas serán no hablantes o mínimamente hablantes. También un porcentaje de ellos serán hablantes no fidedignos, es decir, usarán estructuras para que no se ajustan a los fines del diálogo.
El desarrollo de la comunicación en el autismo es distinto al neurotípico. Su aproximación busca compartir un interés profundo sobre el cual atender conjuntamente, siendo el vínculo comunicativo en paralelo, indirecto, buscando una conexión que será intermitente pero no por ello menos profunda ni menos significativa.
Cuando el lenguaje se adquiere, los retos se darán en la pragmática, el uso social del lenguaje. Las características de la mente autista hacen que se privilegien los significados esenciales, de allí la tendencia a la llamada "literalidad" en la comprensión y a un estilo comunicativo directo.
Cuando el lenguaje no se adquiere, no tiene que ver con el pensamiento. Es importante dar un sistema de comunicación aumentativo alternativo para que este pueda ser expresado.
El fin esencial de toda comunicación, de todo lenguaje, es compartir puntos de vista y emociones. Comprender el estilo autista, sin compararlo con el neurotípico, nos llevará a crear puentes que garanticen el derecho humano a comunicarse.