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Hace un poco más de un año comenzamos a trabajar con Briela Ojeda. Desde su aparición en el disco Cuarentemas: 31 cañonazos virales , se comenzó a entablar una relación de cofradía y fraternidad que permitió llevar a buen puerto su álbum Templo Komodo.
TEMPLO KOMODO se compone de ocho canciones que exploran el trance, el misticismo, la intimidad, la percepción y la reconstrucción de la realidad hacia la calma mediante la consciencia de la sutilezas aparentemente imperceptibles como de la más evidente tierra húmeda bajo los pies.
El templo se construye con elementos imaginados y elegidos por Briela en su juego con su cosmovisión. No pretende convencer, sólo compartir. La espiritualidad es tan íntima como infinita.
Así expone sus simbologías mediante analogías en un camino sonoro que se siente montañoso: una caminata que tiene como destino el corazón de la artista y del oyente; cada paso en esta caminata es sobre una desnuda cuerda de guitarra, una voz aparentemente calma, pero que esconde una tormenta.
El álbum cuenta con la colaboración de Lalo Cortés, quien logra con sus arreglos vocales una introspección e inmersión mucho más profunda lograda con los infaltables detalles sonoros propuestos por Santiago Navas. Además, el diseño visual, que es parte fundamental de esta colección, estuvo a cargo de Nefazta y su Consultorio Místico de Diseño.
Liviana es la canción sexta del Templo. Es un canto al soltar y andar liviano, soltar preocupaciones, anclar el ahora.