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La bronquitis y la bronquiolitis son patologías bastante comunes en la práctica médica, además de parecerse bastante en cuanto a su clínica. No obstante, es necesario aclarar que son enfermedades diferentes.
La bronquitis es la inflamación aguda y difusa de la mucosa bronquial, es decir, aquella que recubre los conductos bronquiales, y por lo tanto, afecta solamente a los bronquios, mientras que la bronquiolitis es un proceso inflamatorio que afecta únicamente a las vías aéreas de menor tamaño, es decir, aquellas que poseen un diámetro inferior a 2mm y que no poseen cartílago, esto abarca a los bronquiolos, bronquiolos terminales y bronquiolos respiratorios.
Etiológicamente, ambas están ocasionadas principalmente por agentes virales tales como el Virus Sincitial Respiratorio (VRS), virus de la influenza y parainfluenza, adenovirus, rinovirus entre otros. Existen también agentes bacterianos como M. pneumoniae, C. pneumoniae y B. pestussis, que pueden provocar alguna de estas patologías, y en menor frecuencia, también pueden estar producidas por exposición a agentes físicos o químicos.
La clínica se presenta en forma de un cuadro catarral típico, el principal síntoma de la bronquitis es la tos, con o sin expectoración, mientras que, en la bronquiolitis predomina mayormente la disnea. El diagnóstico es difícil de confirmar debido a la falta de datos y signos específicos o patognomónicos, por lo tanto, debe orientarse a realizar diagnósticos diferenciales para descartar otras enfermedades, entre ellas: la neumonía, la tos ferina, el asma y por supuesto, un diagnóstico diferencial entre bronquitis y bronquiolitis.
La bronquitis es común es adultos jóvenes y en personas de edad avanzada, mientras que la bronquiolitis es la principal causa de hospitalizaciones de niños menores de 2 años, especialmente en época de invierno. Este dato importante orientará al médico en su diagnóstico.
Ambas enfermedades se curan de forma espontánea después de 1 o 2 semanas, no obstante, los pacientes deben seguir las recomendaciones del médico. Se recetaran medidas de soporte que incluyan una abundante ingesta de líquidos, reposo, humidificación de las secreciones con inhalaciones de vapor de agua y deberán evitar la exposición a agentes nocivos, por ejemplo, el humo del tabaco. De igual forma, el tratamiento farmacológico será casi en su totalidad sintomático, es decir, se emplearan analgésicos y antipiréticos; sólo se recetará antibióticos en casos confirmados donde la etiología sea de origen bacteriano.
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REFERENCIAS
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