Es una gran perdida humanamente hablando la trascendencia del pastor Juan Carlos. Pero gracias a Dios dejó sus enseñanzas. Excelente plática, hay que orar más en lenguas en nuestra habitación sólo yo y Dios. Soy católico de México pero recibí el Espíritu Santo y el don de lenguas y sí, era una alegría que no es terrena. Ahora soy más tranquilo, con paz y sigo en mi conocimiento hacia lo eterno tratar de ver lo que ojo no vió ni oido oyó, cosas del 3er cielo. Bendiciones a todos.