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La historia que narra la pasión de Camila O´Gorman es una historia real que ocurrió bajo el gobierno del General Rosas a mediados del siglo XXI. La figura de Rosas, un rico hacendado, domina un extenso período de la historia argentina. Odiado o venerado pero siempre temido, estableció en nuestra incipiente repúbica, un régimen de férrea disciplina. Su mandato es autotitulado "Santa Federación" y sus adeptos son llamados federales. Sus adversarios, los unitarios, igualmente violentos aunque embuidos de ideas liberales, debieron elegir entre el exilio o la muerte.
Por imposición de Rosas, también llamado el Gobernador, el país se pintó de rojo: aperos, atuendos femeninos, estandartes, divisas prendidas a solapas y sombreros, uniformes, hasta los plumeros de los ex esclavos negros llevaban el color predilecto del gobernador, cuyo retrato colgaba hasta en las iglesias. El abuso del poder, la arbitrariedad, la represión, eran la moneda corriente de la época.
Camila O´Gorman, educada bajo las severas consignas de una familia tradicional, donde el acatamiento a las virtudes domésticas es un mandato, se enamora de un joven jesuita, Ladislao Gutierrez. Se atreve a seducirlo. El sacerdote, subyugado por esa pasión, desafía la disciplina de la Iglesia y huye con ella. Cunde el escándalo en Buenos Aires. La hipocresía y el culto a las normas no toleran la realidad de esa fuga, símbolo de una libertad inadmisible.
Los unitarios exiliados, no vacilan en utilizar a los fugitivos como prueba de la corrupción y decadencia de la dictadura de Rosas. En la capital porteña, el propio padre de Camila acude al Gobernador pidiendo el castigo de su hija y del sacerdote por cometer "el acto más atroz y nunca oído en el país."
Se inicia la persecución que logra descubrir a los amantes en una escuelita perdida en la selva norteña. Allí Camila y Ladislado, protegidos bajo nombres falsos, creen haber encontrado un refugio para amarse en libertad.
Pero el Gobernador no admite trasgresiones.