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Mi tercer día en Santorini fui a Oia era lunes y por ello a pesar de haber mucha gente estoy segura que en verano es imposible moverse como lo hice yo. Oia cuelga del acantilado y está bañada por el mar Egeo. Me pregunto porque tenía yo tantas ganas de ir a este sitio y la razón es que amo su arquitectura, está llena de recovecos, detalles, toda ella está lindamente vestida y combinada, es artesanal, esas ventanas y puertas de madera pintada de diversos colores me fascinan, sus paredes de cal sin esquinas donde dominan las curvas es algo que a mi me encanta, llena de buganvillas de crasas y suculentas de callejuelas estrechas, sinuosas y empedradas, con sus iglesias ortodoxas y sus típicas cúpulas color azul Santorini y sus peculiares campanarios; que más puedo pedir, perderme en ella ha sido un gran placer y poder contemplar aquel azulísimo mar Egeo me llenó de alegría y sorprenderme de que todas las vistas son a la caldera del volcán sumergido, la naturaleza es caprichosa y el ser humano un creador es increíble como construyeron este pueblo pintoresco y auténtico en esa geografía. Este vídeo muestra lo que vi de mañana en Oia, el próximo de tarde y noche. Galapagar 25 de noviembre de 2024.