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Dentro de nuestra cosmovisión indígena, para empezar algún trabajo o alguna actividad importante, se inicia saludando a las montañas (tayta Imbabura y mama Cotacachi) y a las grandes fuerzas de la vida, se utiliza los cuatro elementos esenciales que es parte de este ritual; se enciende el fuego ofreciendo aromas dulces de palo santo, flores de alucema y copal.
Quienes participan de este ritual, recibe y pasa por el humo para integrarse espiritualmente, se entona algunos sonidos del tambor y de instrumentos de vientos para armonizar los canticos, se expresar un rezo al creador pidiendo que el trabajo que van a realizar salga a la voluntad de la gran fuerza de la vida. Se saluda a las cuatro direcciones con el movimiento de las plumas del cóndor, ave sagrado para el pueblo indígena, con el churo se sopla a las cuatro vientos y con palabras en idioma Kichwa se encomienda que se haga a la voluntad de la fuerza divina.