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La navidad más triste para Pedro Infante
La Navidad, al igual que otras festividades de diciembre y enero, siempre fue una época muy especial para Pedro Infante. Para él, estas fechas eran sinónimo de unión familiar y grandes celebraciones, momentos en los que su voz iluminaba cada rincón y los juguetes llenaban de alegría las mañanas de los niños. Sin embargo, en diciembre de 1956, la vida le presentó un escenario completamente distinto.
Esa Navidad, lejos de su tierra y de los suyos, Pedro se encontraba en Panamá, inmerso en una exitosa gira que le regalaba ovaciones y aplausos, pero que también lo envolvía en una profunda melancolía. A pesar de ello, en lugar de lamentarse, el ídolo de México decidió transformar su nostalgia en un gesto de bondad que quedaría para siempre en la memoria de quienes lo vivieron.
Hoy te invitamos a recordar ese momento único, un gesto que nos muestra al Pedro más humano, al hombre detrás del mito. Un hombre cuyo legado trasciende no solo por su arte, sino también por su inmensa generosidad. Esta es la historia de la última Navidad de Pedro Infante, cuando, lejos de casa, llevó consuelo y logró hacer sentir cerca a quienes más lo necesitaban.