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Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han transformado las concepciones de la delincuencia organizada. La ciberseguridad se ha convertido en una preocupación crítica a nivel global, debido al aumento de la dependencia de las tecnologías digitales y la creciente sofisticación de los ciberataques.
La adopción de tecnologías emergentes como la computación en la nube, los dispositivos móviles, la inteligencia artificial (IA) y el blockchain presenta nuevos desafíos de seguridad, lo que hace necesario que se desarrollen estrategias para la defensa contra las ciberamenazas.
En las instituciones educativas es un tema crítico debido a la creciente dependencia de la tecnología y la digitalización de los servicios administrativos y sus aplicaciones con fines académicos. Las instituciones de educación superior enfrentan múltiples desafíos en la protección de datos sensibles y la gestión de riesgos cibernéticos, por lo que deben crear un ciberespacio seguro.
Las universidades deben abordar la ciberseguridad desde múltiples frentes: fortaleciendo la formación en temas de ciberseguridad por la escasez de profesionales en este tema donde la colaboración en el desarrollo de estrategias para mejorar sus defensas es muy importante para identificar riesgos y vulnerabilidades, implementando una gobernanza efectiva con políticas claras, y promoviendo una cultura de ciberseguridad, dentro de la Universidad y desde la Universidad a la sociedad.