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Si vas a calefaccionar tu casa
Regulá el termostato a una temperatura ambiente a 18ºC en invierno.
Calefaccioná sólo aquellos ambientes donde haya gente.
No abras ventanas para bajar la temperatura.
Utilizá burletes en puertas y ventanas para reducir las infiltraciones de aire.
Apagá el piloto del calefactor cuando no lo uses.
Si vas a usar agua caliente
Usá agua caliente de la canilla sólo cuando sea estrictamente necesario.
Hacé lo posible por ducharte en un tiempo razonable, que no supere los 15 minutos.
Evitá mezclar agua caliente y agua fría para regular la temperatura; mejor hacelo con el control del artefacto de gas.
Usá una ducha con flor que disperse bien el agua.
Verificá siempre que las canillas estén cerradas correctamente. No derroches agua.
Asegurate de que el piloto del calefón o termotanque esté encendido sólo si lo estás usando.
Usá aireadores y reguladores de caudal.
Aislá térmicamente las cañerías que conducen agua caliente.
Evitá el uso de presurizadores de agua porque generan mayor consumo de agua.
Si vas a cocinar
Usá el horno con moderación, ya que consume lo mismo que si tuvieras encendidas dos hornallas.
Tapá siempre la olla. Apagá o reducí la llama de la hornalla cuando la cocción llegue al punto de hervor.
No permitas que la llama de la hornalla supere el diámetro de la olla o recipiente de cocción.
Recordá que las hornallas y el horno no son para calefaccionar tu hogar. No es eficiente y es muy peligroso.
Apagá la hornalla y el horno cuando termines de usarlos.