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Los erizos son pequeños mamíferos cubiertos de púas; pertenecen al orden Eulipotyphla, aunque antiguamente eran considerados del orden Insectívoro, hoy en día obsoleto.
El erizo pigmeo africano es un pequeño mamífero perteneciente a la familia Erinaceidae, la cual tiene representantes en Europa, África y Asia. Hay 6 géneros y 15 especies dentro de los que se encuentran el erizo europeo (Erinaceus europaeus), erizo sudafricano (Atelerix frontalis), erizo moruno (Atelerix algirus), erizo orejudo (Hemiechinus auritus) y el erizo pigmeo africano (Atelerix albiventris) entre otros.
Algunas veces se confunde al puercoespín (Erethizon dorsatum) con el erizo pigmeo africano, pero son animales muy diferentes, los puercoespines pertenecen al Orden Rodentia, y habitan en la parte sur de México. Existe también el puercoespín africano (Hystrix cristata) también del Orden Rodentia, el cual llega a pesar de 13 a 27 kg y no tiene nada que ver con el erizo.
La característica más distintiva del erizo pigmeo africano es su denso manto de púas. Las púas son en sí pelos modificados, cada uno lleno por múltiples cámaras de aire y puentes de refuerzo que corren bajo la pared interna de cada una. Están compuestas de queratina y tienen una estructura interna compleja que les da ligereza, fortaleza y elasticidad. Hacia su base se estrecha hasta formar un delgado cuello flexible angular y luego se ensancha de nuevo hasta formar una pequeña bola incrustada en la piel. Cada púa, tiene un músculo conectado a la base que se utiliza para tirar de la misma y conferirle rigidez.
Una protección adicional del erizo pigmeo africano es su capacidad de enrollarse formando una bola. Esto es posible ya que posee una piel muy laxa, y una musculatura mucho más desarrollada alrededor de sus contornos en comparación con el centro formando una banda circular. Existen dos músculos involucrados en esta acción, uno de ellos es el músculo panicular, el cual está conectado a la piel y se extiende alrededor del cuerpo entre su flanco y dorso. El músculo panicular se engruesa a la altura del borde para formar el músculo orbicular, el cual se contrae en la zona del flanco y es el que le confiere la capacidad de enrollarse en una bola. De esta manera, el erizo puede permanecer enrollado por horas con poco esfuerzo muscular.