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“¡Cómo es maravilloso estar con los hermanos!” - Salmo 133 (132)
Queridos hermanos, en este canto bellamente arreglado podemos ver como el tema central del salmo es la armonía, la concordia o fraternidad que bendecido por Dios provoca excelentes resultados.
Si vosotros no comprendéis la armonía de este salmo, voy a explicar la armonía con un ejemplo que yo comprendo puede ser práctico porque me gusta la música y toco algunos instrumentos. Una guitarra tiene seis cuerdas, finas, medianas y más gruesas, que deben estar afinadas cada una en su tono, todas son diferentes y deben sonar desiguales, pero juntas al apretar un acorde suenan muy bien si están afinadas cada cual en el tono correcto y pueden deleitar al oyente. La gran mayoría de los pianos cuentan con 88 teclas, de las cuales un tercio son negras para los sostenidos y bemoles y las naturales blancas son 58. Todas juntas no suenan bien porque cada una tiene su tono diferente, pero tocadas en armonía o en acordes suenan muy bien.
David declaró que la armonía es deliciosa y buena, placentera y cómoda. Pero vivir en armonía no significa que debamos estar de acuerdo en todo; habrá tantas opiniones como notas en un acorde musical.
La armonía es importante porque permite que en un grupo todos sean un ejemplo positivo en la diversidad ante los demás y motiva para ser un foco de atracción para otros, así como el insecto vuela hacia la luz; ayuda a funcionar como un cuerpo y si se trata de la iglesia, esto según el propósito de Dios, nos muestra un anticipo del cielo; y renueva o revitaliza los distintos departamentos, grupos o ministerios para que haya menos tensión que socava nuestra energía.
“Es como aceite que baja sobre la barba de Aaron” ¿Por qué se grafica la armonía con este ejemplo? vemos como Moisés utilizó un aceite precioso para ungir a Aarón como el primer sumo sacerdote de Israel (Éxodo 29:7) y para dedicar a todos los sacerdotes al servicio de Dios. David utilizó el ejemplo conocido para representar la unidad de la hermandad, al igual que el aceite de la unción, muestra nuestra dedicación a servir a Dios con todo nuestro corazón y provoca bendición, al igual que el rocío que desciende sobre la faz de la tierra.
“Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí el Señor nos ha dado toda su bendición, y la vida para siempre”. Y nos grafica con el rocío que caía sobre el monte Hermón, con un poder fertilizador sobre todos esos territorios, pero especialmente sobre los montes de Sión, porque estos salmos (132-134) se centran en Sión que es la montaña que se encuentra al sur de Judá; y la consecuencia que obtuvimos de allí es que el Señor ha mandado, para siempre, la bendición de la vida”.
Con ambas figuras, el aceite de la unción y el rocío, descubrimos una acción de “descender”. Esta armonía, esta bendición desciende de Dios y afecta a todo el cuerpo, a todo el pueblo y a cada persona en particular, el resultado es que la unidad bendecida por Dios da frutos en buenas obras.
Se agradece la colaboración de varios hermanos en el arreglo e interpretación de este antiquísimo salmo.
¡La Paz del Señor esté con todos ustedes!