Рет қаралды 1,065
Ell famoso “Adagio“ del Concierto de Aranjuez, escrito en París en 1939 y estrenado en 1940 en Barcelona.
José Luis Sánchez Alcántara tocó el fliscorno para la interpretación de su segundo movimiento, marcando paso lento y melodía. Este adagio es un diálogo musical entre Dios y el compositor, una lastimera oración de súplica para que no se lleve las almas de su mujer y de su futuro hijo; un diálogo que comienza con un precioso fragmento, un desconsolado paseo de vuelta a casa después de conocer la noticia, y el inicio de esa plegaria al Todopoderoso. Hay en el movimiento pena, rabia y desesperanza; al final, en el clímax, Joaquín Rodrigo "oye a Dios" y por fin se produce la aceptación del hecho y la paz del autor. Texto "Tomás Megia"