Hermosa historia, muy típica de nuestro país; los jovenes humildes deben hacer grandes esfuerzos y sacrificios para poder dedicarse al deporte. Sólo si obtienen reconocimiento internacional es que los colombianos nos fijamos en ellos. ¡Mucha suerte en los Olímpicos Gilmar! Que vengas de París pletórico de exitos.