Culebra viperina (Natrix maura) tragándose una rana común (Pelophylax perezi) que acaba de cazar.

En una charca en los montes de Toledo, el estridente canto de las ranas queda silenciado de repente. Tan solo una rana croa de manera lastimera. Las demás callan. Una culebra viperina la ha atrapado por la extremidad posterior y se dispone a comérsela. Tras unos minutos, la culebra engulle al anuro por completo y se introduce en el agua para marchar, rozándose con las espesas plantas acuáticas, posiblemente para ayudar a dirigir hacia el interior del aparato digestivo la presa cazada (apreciación de la bióloga Elsa Sendra).