Dante Gebel

Algunos piensan que para bendecir a alguien hay que estar de acuerdo con lo que hace, con lo que piensa; pero cuando bendecimos, estamos proclamando las buenas intenciones de Dios para las personas, independientemente de nuestra afinidad hacia ellas. Si la Biblia dice en Hechos: ‘…por tanto yo considero que debemos dejar de ponerle trabas a la gente para que se convierta a Dios’, ¿por qué entonces no aceptamos a quienes difieren de nuestra opinión? ¿a quienes no encajan en nuestra denominación? Para ser bendecidos tenemos que aprender a dar bendición indiscriminadamente, sin condiciones. ¿Quieres formar parte de nuestra tribu de bendición?