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Estas últimas semanas la meteorología en la Península Ibérica ha sido un parque de atracciones. Hemos pasado de tener un marzo generalmente caluroso con temperaturas rozando los 30ºC en algunos puntos del país y con unas calimas considerables, a tener una Semana Santa tremendamente pasada por agua por la borrasca Nelson que además de descargar grandes cantidades de precipitación que han llenado los embalses hasta la media de los últimos 10 años, han producido muchos problemas sobre todo en zonas costeras y lamentablemente se han perdido vidas.
Pero justo al terminar esa semana, todo resto de borrasca ha abandonado la península y hemos vuelto a alcanzar temperaturas primaverales y casi veraniegas, con la salvedad de que el fin de semana hemos tenido un frente que ha cruzado la península descargando algo de lluvia y que han producido nuevamente un desplome de las temperaturas.
Finalmente, esta semana se espera que termine con casi 30ºC en Madrid, por lo que en otros puntos del país se va a superar dicha cifra con toda probabilidad.
Todo esto es un ejemplo de que la primeravera cada vez está más alocada y que pasamos de temperaturas frías para la época del año a temperaturas cálidas para la época del año. A este paso en junio alcancaremos los 40ºC en un abrir y cerrar de ojos.