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Cada uno con su moto, recorremos uno de los países más fáciles y baratos. El norte de Vietnam hasta llegar a la frontera con China, mira nuestros videos de viaje si quieres comprobar que se puede viajar largas distancias con cilindradas muy pequeñas y de manera muy barata y económica.
Nos habíamos decidido a recorrer esta parte del país en dos motocicletas de pequeña cilindrada, modestas y baratas, pero llenas de promesas de aventuras inolvidables. Desde el primer momento en que nos subimos a ellas, sentimos una mezcla de nervios y entusiasmo. La carretera se desplegaba ante nosotros como una invitación a explorar lo desconocido.
Salimos temprano en la mañana, cuando el sol apenas comenzaba a iluminar los paisajes montañosos. El viento fresco nos golpeaba el rostro mientras avanzábamos por las serpenteantes carreteras. A nuestro alrededor, los verdes arrozales se extendían hasta donde alcanzaba la vista, salpicados aquí y allá por pequeñas aldeas que parecían detenidas en el tiempo. Las sonrisas y saludos de los locales nos llenaban de energía y nos recordaban la calidez y hospitalidad de la gente vietnamita.
Nuestro primer gran destino fue Sapa, un lugar que habíamos escuchado describir como un paraíso montañoso. Llegar allí no fue tarea fácil; las carreteras se volvieron cada vez más empinadas y las curvas más cerradas, pero la recompensa al llegar fue indescriptible. Sapa nos recibió con sus terrazas de arroz en niveles, creando un espectáculo visual que parecía sacado de un cuadro. Las montañas envolvían el valle, y las nubes parecían jugar al escondite con las cumbres más altas.
Después de recargar energías, retomamos nuestro camino hacia Lao Cai. El viaje continuó desafiándonos con sus paisajes cambiantes y carreteras a veces precarias. Cada día era una nueva aventura, con sus propios retos y maravillas. Las motocicletas, aunque sencillas, se portaron bien y nos llevaron a través de ríos y bosques densos, siempre bajo la mirada atenta de las imponentes montañas.
En nuestro trayecto, pasamos por pequeñas aldeas donde los niños corrían a nuestro encuentro, riendo y saludando, y los ancianos nos observaban con curiosidad desde sus puertas. Cada encuentro era una oportunidad para aprender algo nuevo, para intercambiar sonrisas y, a veces, compartir un té caliente en una humilde casa de bambú.
Finalmente, llegar a Lao Cai fue un logro que celebramos con alegría. Esta ciudad, ubicada en la frontera con China, marcaba el fin de nuestra travesía en motocicleta. Al mirar atrás, sentimos una mezcla de orgullo y nostalgia. Habíamos recorrido un camino lleno de desafíos, pero también de una belleza y hospitalidad indescriptibles. Nuestro viaje por el norte de Vietnam no solo nos mostró paisajes impresionantes, sino que también nos permitió conectar con la gente y su cultura de una manera profunda y auténtica. Con nuestras motocicletas fieles, habíamos vivido una aventura que quedaría grabada en nuestros corazones para siempre.