DGPM 1069 - 3: La nevera de los Condes de Lemos

Monforte es el centro neurálgico de la comarca Terra de Lemos, la segunda ciudad de la provincia, después de Lugo. El río Cabe, afluente del Sil, la atraviesa y le da forma. Su posición central respecto a la Ribeira Sacra, su casco histórico monumental y su estrecho vínculo con la denominación de origen Ribeira Sacra han hecho de la ciudad un destino, punto de partida y de referencia. Sitúense en los siglos 16 y 17. Monforte vive años de esplendor, guía a la villa el que fue llamado el Gran Conde de Lemos.
Pedro Fernández de Castro y Andrade. Séptimo conde por linaje, ocupa importantes cargos en la corte, como Presidente del Consejo de Indias, Virrey de Nápoles y Presidente del Consejo Supremo de Italia. Es la época en la que el Palacio Condal, residencia señorial de los Condes de Lemos y hoy parte de las dependencias del parador de Turismo, se construye y reconstruye, tras sufrir un devastador incendio.
El Conde fue también mecenas de grandes literatos como Cervantes, Lope de Vega, Quevedo y Góngora. Su mayor legado a la ciudad fue la donación de su colección privada de arte sacro español e italiano que conforma el Museo de Arte Sacro de la Madres Clarisas, uno de los más importantes de España.
Se inicia la construcción del que hoy conocemos como Parador de Turismo de Monforte, antes Monasterio de San Vicente del Pino. Los orígenes de este cenobio se remontan al siglo X, es uno de los más antiguos de Galicia. Entre los siglos 16 y 17 se levanta el conocido como Escorial Gallego, el Colegio de Nuestra Señora la Antigua. Su construcción fue iniciada por el cardenal Rodrigo de Castro en 1593. Actualmente es el Colegio de los Padres Escolapios y alberga una sobresaliente pinacoteca en la que las joyas más preciadas son las obras de El Greco. Es en esta época, cuando al parecer una inmensa bodega, excavada en roca podría haber servido a los Condes de Lemos de nevera. Estamos en la parroquia de Piñeira. Estos agujeros sobre el terreno, un peligro para curiosos, han insinuado durante siglos una cavidad de grandes dimensiones. Son tragaluces, respiraderos, que ayudan a conservar las condiciones de temperatura de la gruta.
15 metros de profundidad, seis metros de altura y cinco metros de anchura. Todavía está sin catalogar pero los expertos consideran que por su apariencia y su estructura podría tratarse de una nevera. Andrés Sampedro, filólogo e interesado desde siempre en la etnografía, se centró hace una década en estas construcciones que tienen su origen en las culturas romana e islámica. Ha catalogado ya 60 pozos en toda Galicia. La mayoría en Ourense, le sigue la provincia de Lugo. El apogeo de la producción y comercialización del hielo y de la nieve se produjo al parecer a finales del siglo XVI y principios del XVII, coincidiendo con el arranque de la Pequeña Edad Glacial, una etapa caracterizada por el empeoramiento climático que favoreció la disponibilidad de nieve.Estudiando la mayoría de los pozos de nieve en Galicia, son eso, pozos, no túneles. La tipología de esta nevera contrasta con el resto de las halladas en Galicia, y sin embargo guarda una gran similitud con las desenterradas en La Rioja o Teruel. Si se cataloga la gruta como pozo de nieve, estaríamos ante la nevera de mayores dimensiones de nuestra comunidad. Esta puerta podría darnos otra clave, sea bodega o nevera, es muy probable que su tamaño sea mayor.

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