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Hubo un tiempo que el municipio de Agolada era el punto de encuentro de los comerciantes de Galicia interior. Durante más de doscientos años, a estos Pendellos llegaban los tratantes de las cuatro provincias, y a su paso salían feriantes, pescaderos y pulpeiras. Y es que estamos en el centro geográfico de Galicia. Cada día 12 del mes, en los pendellos se vendían y se compraban vacas, caballos, ovejas, cabras y cerdos. En este mercado rústico había pendellos almacén, para guardar los animales que llegaban un día antes, y servía de posada al ganadero que les acompañaba. Estas construcciones del siglo XVIII están edificadas en piedra y las cubre un tejado curvo de arcilla y madera. Los pendellos de Agolada son uno de los pocos mercados antiguos que se conservan casi intactos en Galicia, pero no está completo. Hoy se conserva entre un 70 o un 80 porciento del recinto. La última construcción data del siglo pasado, de los años 50.