Grandiosa canción del album Supernova, lastima de la pésima mezcla del inge de audio, por encima la voz principal y la batería, todo lo demás está perdido y hace que Mikel se escuche encuerado. El trabajo de la bajista demasiado básico, hubiera preferido a Marcelo Fuentes o al mismisimo Diego Vasallo. aún así es una joya por ser un testimonio de aquel 1992.