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Madrid, 24 nov (efesalud.com). El doctor Eduardo López Bran, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, nos cita en su consulta vídeobloguera para entrevistar a Susana, una paciente con psoriasis que se ha liberado de los picores, de los dolores o de las ronchas con los nuevos medicamentos biológicos, "un tratamiento formidable" que le ha regalado una vida resplandeciente.
La hemos visto en el autobús, en el metro, por la calle y también en la playa, o quizá nos la ha enseñado algún amigo o familiar. La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que conlleva una angustia vital que desanima a cualquiera.
Afecta hasta un 3% de la población mundial, 125 millones. En España la sufren más de 1.100.000 personas.
"La psoriasis tiene un gran impacto emocional en su calidad de vida -dice el dermatólogo-, similar a la de otras enfermedades, como el cáncer, las cardiopatías, la artritis, la diabetes tipo 2 o la mismísima depresión".
Se caracteriza por sus placas descamativas, laminillas de queratina más o menos redondeadas, eritematosas, que pican y, sobre todo, causan dolor. Es inflamatoria y, lo que es peor, es recidivante; la psoriasis regresa para quedarse si no la tratas con fármacos y una vida sana.
Aparece en codos, rodillas, espalda y cuero cabelludo, aunque es frecuente su extensión a toda la superficie corporal; incluso desmejora el aspecto y el color de las uñas.
Se inicia más precozmente en las mujeres y en las personas con antecedentes familiares. La horquilla de edades se muestra con dos picos sobresalientes: el primero, y más importante, entre lo diez y los veinte años; y el segundo en torno a los 50-60 años.
Se desconoce su origen, pero hay evidencias científicas de factores genéticos en el desarrollo de la enfermedad. Las circunstancias climatológicas y ambientales juegan un papel relevante al desencadenarla cuando está latente o agravarla cuando ya está en plena acción patológica.
Entre estas causas encontramos las infecciones, los traumatismos, los fármacos, los ambientes secos, más aún durante el invierno, las alteraciones endocrino metabólicas y sobre todo los componentes emocionales.
El estrés, determinante, es un factor que inicia brotes psoriáticos: la enfermedad provoca ansiedad y la ansiedad agrava los síntomas, algo que deriva en un círculo vicioso.
¿Y cómo podemos curar o al menos controlar la psoriasis?
"La mayoría de los tratamientos farmacológicos, lamentablemente, no tienen una gran eficacia y, además, obligan a los pacientes a embadurnarse con cremas todo el cuerpo, lo que conlleva un malestar añadido, permanente. Hoy en día, los medicamentos biológicos han venido para resolver la mala imagen de la psoriasis", expresa el doctor López Bran.
"La terapia biológica ha supuesto un importante avance en el tratamiento de la psoriasis moderada o grave, ya que, en general, son eficaces y seguros, tienen pocos efectos adversos y baja o nula probabilidad de aparición de interacciones con otros medicamentos", indica.
Estos medicamentos, orales o inyectados como Secukinumab ofrecen una mejoría física notable y una "inmensa alegría" emocional.
"Para mí ha supuesto un cambio drástico -declara Susana-. Me han desaparecido las lesiones y solo me queda una inapreciable psoriasis en los codos. Además, el tratamiento es muy cómodo: me inyectan el fármaco cada tres meses. Te olvidas de la psoriasis".
Secukinumab es el primer biológico de primera línea aprobado en España y otros muchos países para el tratamiento sistémico de la psoriasis en placas en pacientes adultos.
"Demuestra ser rápido y muy eficaz a largo plazo -añade el dermatólogo-, que unido a un buen perfil de seguridad, tanto en el blanqueamiento de la piel como en la rapidez de acción, cambia el pronóstico de los pacientes".
Susana, que colabora con Acción Psoriasis, lo confirma.
"No he tenido reacción alguna o efecto secundario. Lo he tolerado muy bien. Es una maravilla... una verdadera maravilla. Me ha cambiado la vida".
Para el doctor López Bran, estos medicamentos, "nueva era en el tratamiento de la psoriasis", no solo son cómodos, prodigiosos y seguros, sino que consiguen algo muchas veces ignorado.
"Los pacientes recuperan el anonimato. Nadie les mira en la playa cuando van en biquini o bañador, nadie se levanta del asiento contiguo en el metro o en autobús, nadie hace un gesto de insolidaria desaprobación... su vida laboral, social y familiar vuelve a lucir con normalidad".
Aún así, el dermatólogo jefe del Clínico, les recomienda, al igual que a tod@s nosotr@s, "llevar una vida ordenada, cumplir con una dieta equilibrada y realizar deporte al aire libre". Misiones sencillas de cumplir que les ayudarán a controlar la psoriasis.
REPORTAJE: "Síntomas en agonía"... goo.gl/q1m9df
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