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9 de junio de 1991. Última jornada de Liga. Cádiz vs Zaragoza en el Ramón de Carranza.
Ambos equipos necesitan puntuar: los gaditanos para jugar la promoción y los maños para evitarla. Las cosas empiezan mal para el submarino amarillo, que encaja un gol en la primera parte. Ante tal situación, Ramón Blanco,el entrenador del equipo cadista, hace entrar al campo a un tal Kiko Narváez, un jóven valor de la cantera.
La entrada al terreno de juego de Kiko es el revulsivo que necesitaba el Cádiz: provoca el penalti que transforma el carismático Dertycia y supone el empate, deja varios destellos de su depurada técnica y marca el gol que deja al Cádiz momentáneamente en primera - a falta de los encuentros de promoción-. Mejor partido, imposible.Para la historia han quedado los gritos de júbilo de Manuel Irigoyen, el presidente del conjunto gaditano, que no dejaba de repetir "Kiko, la solución, Kiko, la solución". Esa tarde Kiko hizo el partido perfecto y escribió su nombre con letras doradas en la historia del Cádiz.