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La actriz Ana Fernández descubre el mar de forma tardía en la playa de Matalascañas y confiesa que lo primero que sintió fue olor, "siempre tuve el olfato muy desarrollado". "Tenía una ilusión tan grande que yo misma la había alimentado", explica. Esta Gataparda nacida en un pueblo de Sevilla, Valencina de la Concepción, evoca en los primeros minutos de esta conversación el olor y el sentimiento de cuando llega la primavera, ahora que empieza a florecer por todos lados. "¿Cómo es la primavera? Enamoramiento y la invitación a todos los placeres", ha explicado. Crece siendo la mayor de cinco hermanos y reconoce la actriz y que eso le ha dado "el sentido de la responsabilidad más profundo".
Elige 'Pía' como seudónimo, por su abuelo, que no conoció pero del que siempre ha escuchado historias maravillosas en su casa en boca de su madre y sus tías. Conversa durante esta media hora con Mara Torres sobre todos los asuntos sin tapujos, también de la muerte, a la que descubrió siendo una niña por un accidente de un vecino. "No es bueno perder la cercanía con la muerte porque es parte de la vida", ha explicado rememorando lo que supuso para ella aquel episodio.
Reconoce Ana que siempre supo que quería ser actriz. Sus inicios se remontan a cuando se puso un verano con sus amigos a adaptar 'La casa de Bernarda Alba' de Lorca en las tardes compartidas de piscina. Aquella adaptación casera acabó representándose por muchos pueblos de la provincia andaluza de Sevilla. Recuerda emocionada aquella primera interpretación de Adela de forma tan libre. "Me inventé hasta un prólogo en el que salía con un vestido verde", explica.
Luego su vida como actriz tuvo un destello único. En el año 2000 gana el Goya a actriz revelación por 'Solas', la ópera prima de Benito Zambrano que conquistó a la crítica en aquel momento. Recuerda junto a Mara el sentido de la responsabilidad de dar vida a "una mujer que sentía que encerraba a m