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El Milagro de 1941 fue reportado en la época por muchos órganos de la prensa ecuatoriana y la devoción a Nuestra Señora del Buen Suceso recibió un gran impulso en Quito y en otras ciudades.
Pese a ese período de entusiasmo en Ecuador, el milagro casi no tuvo impacto internacional. Casi no se informó en los medios del exterior, incluidos los de línea católica. El velo misterioso que había caído sobre las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso durante 300 años, pareció caer también, repentinamente sobre este gran milagro;
A inicios de este siglo, la advocación ha recobrado el fervor, logrando alcanzar una expansión y proyección increíbles.
Nota:
El Magníficat, es cantado por el Coro de la TFP de Estados Unidos.