Рет қаралды 969
En contra de lo que se piensa no es un castillo ni tiene nada que ver con la defensa del litoral. Fue una finca de recreo, el capricho de un rico terrateniente tacorontero y padre de uno de los grandes pintores canarios. Se lo conoce como el Castillete de Guayonje o, simplemente, el Castillo de Óscar Domínguez.
Poco sabemos de la construcción del pequeño edificio de veraneo. Antonio Domínguez de Mesa, el padre de Óscar Domínguez, ordenó que se fabricara en sus tierras de la desembocadura del barranco de Guayonje, donde tenía una finca de plataneras. Al parecer fue edificado por Avelino y Antonio Alonso, dos hermanos tacoronteros maestros de obra. Para comunicar la finca platanera y la casa con la parte alta del acantilado, instaló un teleférico que permitía transportar los plátanos y abastecía a la casa.
En la temporada estival el pequeño castillo se animaba con fiestas a las que su propietario invitaba a sus amigos más íntimos y, en ocasiones, a alguna cupletista. Antonio Domínguez era un propietario rural de cierta importancia en la zona pues poseía tierras en Tacoronte y Tegueste.