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#Gardel #Piazzolla
El Mudo y el Gato
(Música: Javier González/ Letra: Patricia Barone)
Patricia Barone (Voz)
Javier González (Guitarra - Arreglos - Dirección)
Gastón D´Amico (Teclado)
Ariel Nürnberg (Bandoneón)
Ramiro ¨Rama¨ Rey (Bajo)
Luis de la Torre (Batería)
Mariela Fokás (Flauta Traversa)
Invitados/as:
Amelita Baltar (Voz)
Bernardo Baraj (Saxo)
Oscar De Elía (Piano)
Mario Gusso (Percusión)
Jacqueline Oroc (Violoncello)
Fiorella Sacco (Violín I)
Nahuel Jurado (Violín II)
Elisabet Rivainera (Viola)
Orquesta Típica Caleta Olivia
Directores: Edgardo Dávila y Julio Díaz
Profesores: Víctor Coyopae / Érica Almazán / Maddox Vargas/ Anahí Meléndez
Músicos de la Escuela de Música del Cemepa: Jorge Isleño/ Pedro Cid
Músicos de Comodoro Rivadavia: Carol Carrasco /Silvina Martins/ Jasna Alonso/ Sandro Vergara
Bailarines: Rainer Klement y Maike Christen (Hamburgo- Alemania)
Grabación de Audio: Esteban Del Río y Javier González
Mezcla y Masterización de Audio: César Silva
Cámaras: Emiliano Jelicié y Pablo Garavaglia
Edición de video: Emiliano Jelicié
Asesoría técnica: Pablo Garavaglia y Miranda Jelicié
Buenos Aires - 2023
El Mudo y el Gato (Música: Javier González/ Letra: Patricia Barone)
Era un pibe ese felino endemoniado
que al hotel se zambulló por la ventana.
La puerta estaba closed y tenía
que entregar un regalo esa mañana.
Atrevido, cuál acorde de novena
alteró las armonías matinales.
Y el Mudo despertó, lleno de asombro
charlando en Nueva York de Buenos Aires.
Orgulloso por la talla de madera
que su Viejo había creado para el Máster
devoraba de a sorbos las vainillas
que Le Pera le daba con los mates.
La magia afinó en Lá.
El arte los reunió.
Y en esa jugarreta del azar
el tango de talento se empachó.
Y nadie imaginó
la escena del final.
El fuego no ardió sólo en Medellín
sino en el corazón del Doble AA.
Los domingos del otoño neoyorquino
almorzaban los ravioles de Nonina.
El Mudo con Barbieri improvisaban
y el Gato con el fueye los seguía.
A la gira entusiasmados lo invitaron
pero el Viejo puso freno a la inventiva:
-¨El pibe no se sube al aeroplano.
Se queda de solfeo acá en la esquina¨.
La sonrisa se piantó del pentagrama,
al unísono los pájaros lloraron.
Y el Mudo desde el cielo festejaba
que el destino salvara al musicazo.
La magia afinó en Lá.
El cine los reunió.
Y en esa jugarreta del azar
el tango de talento se empachó.
Y nadie imaginó
la escena del final.
El fuego no ardió sólo en Medellín
sino en el corazón del Doble AA.
Y nadie imaginó
la escena del final.
El Mudo se hizo eterno en Medellín
Y el Gato, en tres/ tres/ dos, se echó a volar!
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