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El Parador de Lerma va a comenzar 2023 con un lavado de cara y una nueva colección artística. Este Parador, que fue en origen el palacio ducal de Lerma y fue uno de los proyectos urbanísticos más importantes de su época, está fuertemente vinculado al personaje del duque y su historia continúa presente en el edificio. La nueva propuesta se basa en la convivencia de conceptos clásicos y contemporáneos que conectan con la historia del edificio. Una convivencia entre tradición y modernidad muy vinculada a Paradores.
El discurso expositivo, según la jefa del departamento de Arte de Paradores, María Gimeno, “está marcado por el edificio, por su importancia histórica y arquitectónica, y por el promotor de la construcción, el duque de Lerma”. María Gimeno destaca el papel que tuvo el duque como coleccionista de arte. “Tuvo una colección más amplia que la del propio monarca, Felipe III, con obras de El Greco, Tiziano, Fra Angelico o Rubens, que era su pintor predilecto”.
El objetivo de la nueva colección artística del Parador de Lerma era “mezclar esas referencias a obras clásicas con obras que teníamos en la colección de Paradores”. Para ello, han contado con tres artistas “fundamentales en el panorama artístico actual”: Rubén Rodrigo, Lino Lago y Manuel Ballester, que ahondan a través de distintos lenguajes (abstracción-figuración) y técnicas (pintura-fotografía) en reconocidas obras clásicas.
La propuesta de arte clásico, que incluye una copia de Salomé de Tiziano y Retrato de hombre de Van Dyck, se completa con una representación de dos imponentes piezas: la gran talla de la Virgen en el Trono del siglo XIV y un tapiz también flamenco de gran formato que representa un episodio de la vida de Alejandro Magno.