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Pasos para orar de la espiritualidad Jesuita.
1. Ambiente: Postura
Buscar un lugar ambientado para orar, tomar una postura adecuada, realizar unos minutos respiración profunda, para equilibrar nuestro ser. Te puede ayudar poner música, una imagen, repetir una jaculatoria “Yo sé que Tú eres bueno”. (3 min).
2. Oración Preparatoria
Señor, que todos mis pensamientos, intenciones y decisiones estén orientados a Ti, a tu alabanza y servicio, y al de mis hermanos.
Te pido la gracia de dar fruto, de trabajar el don que he recibido para servicio de mis hermanos.
3. Composición de Lugar
Hacer una composición del lugar donde se realiza el texto, poner todos mis sentidos en este momento: oír que dicen, ver que hacer, sentir, tocar algo que me llame la atención, oler algún aroma que se de en el contexto.
Dejar que se grabe lo que Dios quiere decirnos.
4. Pedir el fruto: Ayúdame Señor a escuchar mi nombre de tus labios, y vivir lo que Tú me encargas por gratitud.
5. PUNTOS PARA ORAR:
Elige de 1 a 3 puntos de lo que te parezca más necesario dialogar con Dios, porque intuyes que eso es lo que quiere dialogar contigo.
6. Coloquio con las tres personas divinas: El Padre, Hijo y Espíritu Santo
Ver a las tres personas como en una mesa redonda, dialogando con nosotros, recoge con ellos los frutos que te dieron en esta oración.
Agradece todo lo recibido con un Padrenuestro o un Ave María. O con el trisagio: Santo, Santo, Santo, Señor Dios del Universo, llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo (3v) Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal. Líbranos de todo mal.
Agradece con María nuestra madre los regalos recibidos con humildad.
7. Examen (10’)
¿Cómo me fue? ¿Por qué lo digo? ¿Qué fruto he tenido hoy? Anota lo más relevante de este momento con Dios.
No escuchamos en el próximo audio. No nos cansemos de abrirnos a la Palabra que tiene el poder de transformarnos.
Esto es de un material de los jesuitas, en su espiritualidad yo he encontrado muchas claves para vivir una afectividad sana, libre, y una experiencia de Dios liberadora.