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EL ARTE DE MANEJAR EL PASTO.
Según el docente brasileño, con el sistema diseñado por el francés André
Voisin es posible aumentar la carga animal y triplicar la producción de
carne o de leche
Con casi 40 años de experiencia como profesor universitario, investigador,
extensionista y productor, el ingeniero agrónomo Luiz Carlos Pinheiro
Machado es un "embajador" en Brasil y en la Argentina del sistema de
pastoreo racional diseñado por el físico-químico francés André Voisin,
fallecido en 1964.
"El Pastoreo Racional Voisin (PRV) es un sistema de manejo de pastos en el
que se van rotando los rodeos, y cuya carga se puede triplicar respecto del
sistema convencional de una misma región. Así se puede llegar a triplicar la
producción de carne o de leche por hectárea, libre de agroquímicos", dijo
Pinheiro Machado.
De paso por Buenos Aires, este ingeniero agrónomo de 75 años acaba de
presentar su nuevo libro "Pastoreo Racional Voisin, tecnología agroecológica
para el tercer milenio".
-¿Cómo se estructura un campo para el PRV?
-Nosotros trabajamos con la vida del suelo (biocenosis). En la medida que se
avanza con ella se va mejorando su fertilidad.
Cómo mínimo debe haber 40 parcelas, de un máximo de cinco hectáreas, ya que
hay que respetar la concentración de bosta y orina, que es el principio
básico para el desarrollo de la vida del suelo.
La carga inicial es normalmente tres veces mayor que la convencional de la
zona. Pero hay excepciones que llegan hasta cinco o seis veces más.
-¿Cada cuánto tiempo se hace la rotación?
-No tiene tiempos fijos. Como hay muchas divisiones podemos ocupar las
parcelas siempre que estén en su punto óptimo. El reposo en primavera varía
de 30 a 45 días; en invierno, de 60 a 120 días. La ocupación depende mucho
de la carga. Normalmente se puede hacer de uno a tres días por parcela.
Para el caso de los tambos es conveniente que cada vez que el animal vuelve
del ordeño (dos veces al día) ocupe otro potrero para comer el pasto de
arriba (el despunte), que tiene mayor valor nutritivo.
Con buenas pasturas (como la de despunte) se pueden logran 15-25 litros de
leche por vaca por día, cuando en un sistema convencional es de 6 a 10
litros sin ningún tipo de otro alimento agregado.
Bajo ningún concepto se utiliza el arado ni agroquímicos ni fertilizantes.
No se toca el suelo. Se practica siembra directa o se tira la semilla para
que el ganado la pise.
Pero en la mayoría de los casos, en lotes que ya fueron pasturas, y
atendiendo los tiempos de reposo y donde las semillas quedaron en letargo en
el suelo, ni siquiera es necesario sembrar: el pasto crece solo.
-¿Es necesario suplementar?
-Aunque no está prohibido, nunca se hace.
-¿Qué cantidad de parcelas pueden ocuparse?
-Si suponemos un proyecto de 40 parcelas, normalmente se ocupan dos, aunque
puede haber un máximo de tres.
-¿En qué hay que invertir para desarrollar el PRV?
-Hay que invertir en la división del campo con alambrado eléctrico y en una
red hidráulica, porque cada parcela tiene que tener un bebedero. La idea es
que el agua vaya hacia el animal y no al revés.
Una particularidad es que el bebedero circule y que su perímetro sea acorde
al número de animales.
El costo total ronda entre 250 y 500 dólares la hectárea. Pero es una
inversión única, más allá del mantenimiento.
Como no se utiliza ningún tipo de fertilizante ni agroquímico, el costo del
mantenimiento es muy bajo; sólo requiere mano de obra y las vacunas.
-¿Cuándo empezó a desarrollar el PRV?
-En 1964; en ese entonces tenía un tambo en Taquara, a 70 kilómetros de
Porto Alegre. Yo era profesor catedrático en temas lecheros y tenía un tambo
, aunque perdía plata. Entonces me di cuenta que el camino era la producción
de leche a base de pasto.
Los colegas y los especialistas que tenía a mi alcance no me daban una
solución para el problema.
A todo esto, en un viaje que realicé a Francia para seleccionar animales
conocí de casualidad los libros de Voisin, que leí en el vuelo de regreso y
que no me convencieron.
Pero probé su teoría. Hice seis potreritos de 20 metros por 30 y puse el
ganado allí como recomendaba Voisin. Cuando volví, una semana después, me
sorprendí por el fantástico cambio. A partir de ahí comencé a trabajar con
este sistema con el profesor Carlos Vieitez, de la Universidad de Buenos
Aires (UBA). El primer proyecto que hicimos en la Argentina fue en el tambo
Santa María, en Entre Ríos, que produjo con su leche el primer queso
orgánico certificado, porque con el PRV se logra una producción muy limpia.
-¿Cómo se ha desarrollado el sistema en la Argentina?
-Desde 1990 hicimos unos 40 proyectos. Un caso para mencionar es el que se
lleva adelante desde hace doce años en Amenábar, cerca de Rufino (Santa Fe).