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El Duque de Melyncourt viajaba por Francia por pedido expreso del sr. Pitt, ministro de asuntos extranjeros, para observar Francia y su ambiente político y llevar informes de regreso, en una parada en el camino, adquirió sin darse cuenta una compañera de viaje, cuya historia era tan increíble como interesante, y ahora Amé, así se llamaba la muchacha, le suplicaba su ayuda...